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Boi Ruiz choca con municipios y sindicatos en su arranque en Salud

Los nuevos hospitales de Girona y Tortosa se retrasan "hasta el fin de la crisis" - Los profesionales, indignados ante la acusación de que trabajan pocas horas

Tortosa y Girona tendrán que esperar al menos hasta 2013 antes de ver la primera piedra de sus nuevos hospitales, que el Gobierno anterior se había comprometido a comenzar este año. El nuevo responsable del Departamento de Salud, Boi Ruiz, anunció ayer la intención de paralizar la construcción del Josep Trueta de Girona y el Verge de la Cinta de Tortosa hasta que termine la crisis. Tanto la alcaldesa de Girona como los partidos de la oposición criticaron la comunicación de los recortes: se enteraron por los medios de comunicación.

El retraso no ha sentado bien en Girona. La alcaldesa, Anna Pagans (PSC), aseguró que se trata de una "muy mala noticia". Para Pagans, debería ser una prioridad del nuevo Gobierno. Por eso pidió que al menos se ponga en marcha el proyecto ejecutivo, que detalle las características del centro, que sustituirá a otro con el mismo nombre. "Cuando esté hecho ya veremos si es el momento de plantearse las obras. Pero es imprescindible seguir porque va ligado al proyecto de la facultad de medicina", añadió. En la misma línea, la portavoz de ERC en el Ayuntamiento, Cristina Alsina, manifestó que la decisión ha caído como un "jarro de agua fría":

Pagans afeó además que se haya enterado a través de los medios de comunicación de la decisión del consejero. "Entiendo que sus declaraciones son oficiales, pero nadie me ha llamado para comunicarlo", se quejó. La exconsejera de Salud Marina Geli exigió también un poco de "respeto institucional" para los alcaldes. Geli abanderó la construcción del nuevo hospital durante su etapa como consejera de Salud. En su mandato hizo inciso en la triple vertiente del proyecto: sanitaria, de investigación y de formación.

"No acaban de ver la magnitud del plan", criticó ayer Geli, que recordó que hay terrenos con la expropiación ya pactada y cambios en la ordenación urbana de la ciudad. "Dejar de invertir en el Instituto Catalán de la Salud puede acabar llevando a los hospitales de titularidad pública

a una situación de desventaja respecto al resto".

El alcalde de Tortosa, Ferran Bel (CiU) no tiene tanto reparo en esperar a que la crisis económica amaine. "Si en 2013 las obras se pusieran en marcha yo firmaba ya mismo. Solo la redacción del proyecto ya tarda entre un año y año y medio", razonó el alcalde. Aun así, ha pedido una reunión con Ruiz para hablar del tema. La oposición sí se mostró dispuesta a pelear contra la decisión.

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Entre los trabajadores de la sanidad tampoco han sentado muy bien las primeras decisiones del nuevo consejero. Ruiz dijo ayer que médicos, enfermeras y auxiliares debían ser más productivos, y añadió: "el incremento de la productividad debe acompañarse de más horas de trabajo", porque el sistema no se puede sostener con jornadas por parte del personal sanitario de 35 horas semanales.El secretario general de Metges de Catalunya, Antoni Gallego, calificó de "desafortunadas" e "inadmisibles" las declaraciones de Ruiz, informa Efe. "Es indignante", añadió un portavoz del sindicato de enfermería Satse. "Para empezar porque la productividad en salud no se mide por horas, si no por calidad asistencial, que aquí es muy elevada", criticó Satse. "Esta es una profesión que exige estar al 100% física y psicológicamente", recordó. Aseguró que ya se trabaja con sobrecarga en el sector público, falto de personal y siempre un mínimo de 35 horas semanales.

"Si en el sistema de salud pública hay un problema de productividad no es por culpa de los trabajadores. Es por culpa de los gestores", denunció Carme Navarro, de CC OO.

Condena de 300.000 euros al hospital Josep Trueta

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha condenado al Instituto Catalán de la Salud (ICS) a indemnizar con 307.448 euros a un paciente del hospital Josep Trueta que quedó en silla de ruedas tras ser diagnosticado y tratado por error de una meningitis tuberculosa. Según la sentencia, "no se valoraron debidamente los antecedentes" del paciente ni su gravedad, "lo que hubiese llevado a un diagnóstico acertado". En 2004, tras tres semanas de tratamiento, los médicos observaron que el primer diagnóstico había sido erróneo, pero el hombre ya sufría secuelas irreversibles que le llevaron a ser declarado discapacitado en un 67%. La víctima precisa ayuda para realizar actividades esenciales de la vida diaria, además de sufrir déficit de agudeza auditiva, impotencia sexual y trastornos motores y de esfínteres.

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