"Aquellas monjas destrozaron mi vida"
"Me quedé embarazada con 15 años. Lo oculté todo cuanto pude. Sabía que mis padres me obligarían a abortar y mi novio y yo queríamos tenerlo. Pensábamos ir a vivir con su madre, que era viuda. Cuando ya no pude ocultarlo más, mis padres me llevaron a su médico de cabecera y les dijo que era muy tarde para un aborto". En el octavo mes de embarazo, la trasladaron a la clínica Santa Isabel, en Valencia. Era 1965. "Di a luz en abril, una niña. Solo la vi un momento. Mi tía, que no podía tener hijos, quiso quedársela, pero las monjas la convencieron de que la dejara diciéndole que un día yo se la quitaría. Quería quedarme con mi hija, pero mis padres y las monjas lo impidieron. Decían que era una vergüenza. Jugaron con la vida de los demás. Destrozaron la mía".
Vicenta salió de aquella clínica sin su hija. A los 22 años se quedó embarazada de nuevo. "Mis padres intentaron hacer lo mismo, pero yo ahí ya era mayor de edad, me casé y tuve a mi hijo". En 1981 acompañó a su tía a la misma clínica a llevarse un niño. "Le dijeron que ella era muy mayor, pero que yo podía elegir niño o niña si quería".
En 2000, cuando Vicenta cumplió 50 años, su tía le confesó que no era la única mujer de la familia que no podía tener hijos. "Me contó que mi madre tampoco, y que ella había hecho las gestiones para recogerme en la misma clínica en la que después me habían obligado a mí a dejar a mi hija. También me dijo que solían pedir 200.000 pesetas por niño". Las monjas le dijeron que no tenían archivos y que aunque los tuvieran no se los iban a dar. "Quiero encontrar a mi hija para contarle la verdad. Sus padres no tendrían que enterarse...".
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