Amplificando la remezcla
El cortometraje Carne de neón (2005), remezcla condensada y castiza del postarantinismo de Guy Ritchie, colocó a Paco Cabezas, director y guionista, en el punto de mira de una industria hambrienta de relevos generacionales (aunque no de miradas demasiado insumisas).
El joven cineasta debutó en el largo con una película de terror de forma enérgica y fondo demasiado desnortado e irresponsable -Aparecidos, (2007)- y ha estado detrás de los guiones de propuestas tan diversas -y estimables en mayor o menor grado- como Sexykiller (2008), Spanish movie (2009) y Bon appétit (2010).
Su segundo largometraje es, directamente, una amplificatio de su celebrado y premiado corto homónimo que, no obstante, se distancia del original en algunos puntos esenciales: el acelerado cóctel de cinismo y sadismo, con un voltaico Óscar Jaenada en cabeza de reparto, da paso a una (algo) desacelerada comedia negra donde Mario Casas acaba introduciendo un contrapeso melancólico y sentimental. Cabezas quiere hablar aquí de desamparos filiales y vacíos paternos y maternos.
CARNE DE NEÓN
Dirección: Paco Cabezas.
Intérpretes: Mario Casas, Ángela Molina, Vicente Romero, Dámaso Conde, Macarena Gómez.
Género: thriller. España, 2010.
Duración: 113 minutos.
No le ha sentado bien al proyecto materializarse cuando incluso el británico Guy Ritchie parece cansado de sus registros, pero Ángela Molina -que sustituye a Victoria Abril, que hizo ese papel en el corto- compone un personaje de altura y Luciano Cáceres se suma, con la fuerza de los grandes secundarios, a un reparto que, en su mayoría, repite jugada.
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