_
_
_
_
Reportaje:CINE

En la cima con 60, 70, 80 y más

Dicen que Hollywood no es país para viejos. Y lo dicen con razón con un sector demográfico cada vez más joven llenando las salas y, en opinión de la industria, interesados solo en las estrellas de su propia generación. No hay más que verlos. La media de edad de los académicos que conceden los Oscar se sitúa en los 57,7 años, pero este año se verán juzgando la interpretación de actores jóvenes como Jesse Eisenberg (27 años), Carey Mulligan (25) o James Franco (32); Leonardo DiCaprio, con 36, suena ya como todo un veterano.

Sin quitarle la razón a los que se quejan, nunca un año fue tan florido en veteranos como 2010. Y 2011 pinta parecido. Los mercenarios fue la sorpresa del verano con un reparto de geriátrico que incluía a Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis. Y RED, una producción de 70 millones de dólares, vuelve a repetir la hazaña metiendo caña a los abuelos de Hollywood. Eli Wallach ha batido récords en Wall Street 2; está genial con 95 años. Aquí repasamos a algunos de los vinos más añejos de Hollywood y que no han perdido con los años. Que siguen tan activos como siempre y acaban de estrenar película o están a punto de hacerlo en España.

Helen Mirren: "No me mantengo joven. Envejezco como todos. Pero se trata de aceptar quién eres"
Clint Eastwood: "Solo necesito una buena historia como inspiración. Además, aún no tengo problemas con los seguros, toco madera"

Helen Mirren

65 años. Casada con el realizador Taylor Hackford. Sin hijos. Desde su papel en 'The Queen' vive una etapa gloriosa. Cuatro estrenos en 2010; tres más para 2011.

Es muy fácil decirle a Helen Mirren que ha mejorado con el tiempo. O hablar del porte real de la mujer que se ganó el Oscar por interpretar a la reina de Inglaterra y el Globo de Oro por dar vida a otra monarca británica en la serie Elizabeth I. Las dos cosas la incomodan por igual. "Ni estoy más joven ni me mantengo joven. Envejezco como todos. Pero se trata de aceptar quién eres", suelta de un tirón.

Si en su juventud la prensa la definió como "la reina sexual de Stratford" y ella se describía como "la rubia de las tetas grandes", ahora es la abuela mejor armada, hecha una espía tanto en La deuda como en RED, filme de acción con humor cuyas siglas significan en inglés "jubilado y extremadamente peligroso". En su caso, peligrosa, sí, pero de jubilada, nada. "Para este papel pensé en una Martha Stewart, alguien amable y encantadora, pero con algo amenazador en su mirada", explica de su último personaje cinematográfico.

En La deuda la experiencia fue todavía más movida, con esa secuencia a la que llama "lucha de geriátrico", coreografiada por el mismo experto en lucha que puso en peligro la virilidad de Viggo Mortensen en una memorable escena de Promesas del Este. "Los tiempos han cambiado para las mujeres. Tres décadas atrás, a mi edad no habría tenido la oportunidad de interpretar estos papeles". Este año será una señora de la limpieza húngara en The door, se verá en medio de una espiral de violencia en Brighton Rock y hará de ama de llaves y niñera del soltero de oro en la nueva versión de Arthur.

Harrison Ford

68 años. Recién casado en terceras nupcias con Calista Flockhart. Cinco hijos entre los 9 y los 42 años; dos nietos. Dos estrenos en 2010 y dos más para 2011.

"La jubilación es para viejos", me dice risueño el gruñón de Ford sin querer saber de su edad. "No estoy jubilado. Sigo tan interesado en este negocio como el primer día". Ese primer día fue tardío, cuando Ford ya estaba en la treintena. Pero su éxito fue fulminante, un fenómeno cultural al frente de las sagas de La guerra de las galaxias e Indiana Jones. "Harrison es la tercera estrella más taquillera de la historia del cine", comenta Diane Keaton, su compañera de reparto en el último trabajo de Ford, Morning Glory. Su argumento no está libre de excepciones, porque el actor ha tenido sus horas bajas. Sin ir más lejos, el estreno de Extraordinary measures en 2010 pasó sin pena ni gloria. Y Morning Glory no va mucho mejor. "La industria no está lo sana que debería de estar y el público solo quiere ver historias de su generación". Además, acaba de rodar Cowboys & aliens, extraña mezcla de vaqueros y marcianos donde le acompaña Daniel Craig. "La edad no me impide seguir haciendo cine. Solo estoy mayor para los golpes", añade bromista sobre otro proyecto en el aire titulado The dying of the light y que trata de un agente de la CIA que ha de jubilarse por Alzheimer, pero que se ve embarcado en una última misión.

Clint Eastwood

80 años. Su segunda esposa es 35 años más joven y su lista de compañeras sentimentales excede el fruto de sus relaciones: siete hijos y dos nietos. Su dieta ahora, una película al año como director.

Hereafter es su 32ª película como director. Y la sexta en menos de cuatro años. Cual conejito de Energizer, Eastwood sigue y sigue y sigue. "Está ese director portugués que tiene más de 100 años y sigue haciendo películas…", me espeta Eastwood entre risas, en referencia a Manoel de Oliveira (102 años). Clint lleva muchos años riéndose de la vejez y cada vez se le da mejor. Gran Torino fue un taquillazo contando la historia de un veterano gruñón, viudo y jubilado. Le siguen otras cintas como En la línea de fuego, donde dio vida a un guardaespaldas presidencial entrado en años, o Space cowboys, donde los abuelos de la NASA son llamados para defender la Tierra de un peligro inminente. Incluso su Puentes de Madison fue pionera en reivindicar el amor en el tercer acto. "Puedes contar una buena historia a cualquier edad. Y por el momento no tengo problemas con los seguros", toca madera dándose un coscorrón en la cabeza. "Y siempre hay algo nuevo que aprender. No me falta energía. Un buen guión, una buena historia, un buen libro es todo lo que necesito como inspiración". Como la historia de Edward J. Hoover, el fundador del FBI, papel que interpretará Leonardo DiCaprio a sus órdenes. Porque de lo único que Eastwood se ha jubilado es de la interpretación. Al menos eso dijo tras Gran Torino. "También lo dije después de Million dollar Baby, así que no me haga mucho caso".

Betty White

88 años. Más de 200 trabajos en cine y televisión. Lleva casada 18 años. Sin hijos propios. Tiene tanto trabajo que su horario va de seis de la mañana a una y media de la madrugada.

"Nadie está más sorprendida que yo de seguir trabajando a esta edad", confiesa la única superviviente de Las chicas de oro. Su papel de Rose y su trabajo en El show de Mary Tyler Moore le dieron lustre, pero su salto a la fama para la generación del nuevo milenio llegó con Sandra Bullock en La proposición. Desde entonces no para y sus seguidores no se dan por satisfechos. Una encuesta en Vanity Fair la eligió entre las cinco solteras más buscadas. Y hay un nuevo movimiento viral en marcha en Internet para que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas contrate a White como presentadora de los Oscar. ¿Su secreto? "Hacer crucigramas, mantener el mismo peso y pasarme el día subiendo y bajando las escaleras de casa". En 2010 estrenó ¿Otra vez tú? y la nueva serie Hot in Cleveland; para 2011 cuenta con un papel en el nuevo Men in Black, dos libros, una línea de ropa con su nombre y un calendario donde es la chica del mes en cada página.

Judi Dench

76 años. Viuda de su único amor, Michael Williams. Tres estrenos previstos para 2011.

El hábito no hace al monje, pero si crees a Judi Dench, en su caso, todo se lo debe a su vestuario. Y a Harvey Weisntein. "Le prometí que me tatuaría su nombre en el trasero para agradecérselo", dice partida de risa. Dicho y hecho, ese fue su regalo de cumpleaños al productor que tras 40 años en el teatro le dio a Dench su primer papel protagonista en el cine con Su majestad Mrs. Brown y, un año más tarde, el Oscar con Shakespeare in love. Tampoco miente al agradecer su carrera al departamento de vestuario. Ya sea con los miriñaques de Cranford hecha una solterona para la serie de televisión o con toda la carga sexual que le dio el corsé de Nine, a Dench, la dama del cine, no hay papel que se le resista. "No sabe la suerte que tengo. Ni yo misma me quiero dar cuenta, porque, como me dijo Trevor Nunn, soy una histérica y con cada trabajo siempre pienso que es el último". No es que piense en jubilarse. Es su superstición. Dench ya ha completado una nueva versión de Jane Eyre y está rodando My week with Marilyn y The Best Exotic Marigold Hotel, además del rumoreado papel en la nueva Piratas del Caribe.

Morgan Freeman

73 años. Soltero en la actualidad, pero casado en dos ocasiones y con hijos de otras relaciones sentimentales. Tres estrenos en cartera.

Ha sido Dios y Nelson Mandela. Ha conducido a Miss Daisy y a Bruce Wayne como la mano derecha de Batman en las últimas entregas de este taquillero superhéroe. Ahora es parte de RED, ese ejército de jubilados extremadamente peligrosos que protagonizan su última película de acción, y le esperan Dolphin Tale y una nueva entrega de Batman de la mano de Christopher Nolan. Tras lograr el Oscar gracias a su trabajo en Million dollar Baby, Freeman está más prolífico que nunca, metido en proyectos de acción y dirigidos a la generación amante de los cómics. "Mi popularidad con los adolescentes de la que tanto se habla no es más que suerte. Suerte y una buena interpretación. Como dijo Bogart, lo único que le debo al público es una buena interpretación". "En una ocasión una seguidora me paró en Manhattan, se desnudó de cintura para arriba y quiso que le firmara un seno. 'No, de eso no hago. No firmo senos', le dije", recuerda extraordinariamente jovial. A nivel personal, Freeman también comienza un nuevo capítulo, divorciado de su segunda esposa tras 24 años casado y más ligón que nunca. "No tengo nada de peligroso. Al contrario, soy muy seguro si tienes tiempo".

Jack Nicholson

73 años. Estado civil: 'salvaje', sin novia, pero con un gran amor a sus espaldas, Anjelica Huston, y dos esposas. Le espera el estreno de 'How do you know'.

Si Morgan Freeman es Dios, Jack Nicholson es el demonio. El mantra de su generación fue "sé tú mismo" y Nicholson lo siguió al dedillo. Es Jack, no necesita más. Rebelde en Easy rider, loco en Alguien voló sobre el nido del cuco, Joker cuando los superhéroes no estaban de moda, marcial en Algunos hombres buenos y excéntrico siempre, incluso en la madurez de Mejor, imposible. Un Jack para cada generación y una de las estrellas con más éxito de la historia del cine. "Todos tenemos miedo del final. Nunca me fie de alguien que dice no temer a la muerte". Su intención es seguir adelante. "Por siempre, ¿no?", añade con una de sus malvadillas sonrisas. "¿Planes? ¿Además del golf, el ajedrez y el bridge?", responde. "Mire, por el cine, daría mi vida… ¿Acaso no la he dado ya?".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_