Sanidad evalúa asumir el coste de los tratamientos para dejar de fumar
La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, se declaró ayer "partidaria de estudiar" la posibilidad de que la Sanidad pública financie los tratamientos para ayudar a dejar de fumar. La ministra declaró en una entrevista en Onda Cero que al desarrollar el reglamento de la ley antitabaco "se pueden ampliar las campañas de sensibilización y hacer accesible las terapias y métodos para dejar de fumar".
La ley establece que es el Consejo Interterritorial de Salud, formado por la ministra Pajín de turno y por los consejeros autonómicos del ramo, el que debe valorar si incluir en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud los tratamientos de deshabituación del tabaco.
Pajín subrayó, seis días después de la entrada en vigor de la norma, la necesidad de "acompañar esta ley con sensibilización, acompañamiento y cobertura hacia los ciudadanos que quieran dejar de fumar; es una posibilidad que se podría estudiar en el futuro", declaró.
Pajín explicó que sabe bien "lo difícil" que es dejar el pitillo puesto que ella misma lo hizo hace unos años animada, dijo, por la ley antitabaco de 2005. La ministra aconsejó a los interesados en dejar el vicio que se dejen "ayudar por los profesionales, que para eso están".
La titular de Sanidad reiteró su convicción de que se trata de una ley con "apoyo [social] mayoritario" y apuntó que el balance de los primeros días de su aplicación ha sido "tremendamente positivo" gracias al gran consenso con que se aprobó y al espíritu cívico de los españoles.
Varias comunidades autónomas ya sufragan tratamientos para desengancharse. Por ejemplo, en Cataluña centros públicos como el hospital de Bellvitge y el Clínic de Barcelona ya ofrecen tratamientos para dejar de fumar sufragados por la Generalitat. En la práctica, sin embargo, la lista de espera es enorme y los servicios no dan abasto. La mitad de los tratados logra dejarlo, según el Gobierno catalán.
La sanidad pública gallega ofrece tratamientos farmacológico (con sustitutos de la nicotina como comprimidos, parches o chicles), psicológico, que ofrece al paciente técnicas para dejar de fumar (en colaboración con la Universidad de Santiago), y uno para personas con un nivel muy alto de dependencia. Este ofrece un tratamiento integral aplicado por médicos, psicólogos y enfermeras. Lo imparte Sanitas y cuesta 300 euros.
En Euskadi, existe alguna unidad de tabaquismo y el Gobierno autónomo ha anunciado que abrirá 20 unidades atendidas por enfermeras que usarán métodos psicológicos.
