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Mas hace aflorar más déficit en la Generalitat y vaticina nuevos recortes

El Gobierno catalán incumplirá los objetivos del Consejo de Política Fiscal

Miquel Noguer

Se repite el guión en la política catalana, pero al revés. Si el tripartito que gobernó la Generalitat los siete últimos años dirigió sus primeros pasos a levantar las alfombras de 23 años de pujolismo y hacer aflorar una deuda oculta de 17.300 millones de euros, Convergència i Unió (CiU) ha decidido hacer lo mismo nada más regresar a los despachos de la Generalitat. En la primera reunión del Gobierno, celebrada ayer, el presidente, Artur Mas, aseguró ante sus consejeros, y ante los periodistas después, que la situación económica de la institución es mucho peor de lo anunciado.

Concretamente, el Gobierno catalán calcula que 2010 se cerró con un déficit del 3,6% del PIB, frente al 3,1% admitido por el Gobierno saliente. Mas fue rotundo al asumir que la Generalitat no cumplirá ni de lejos el objetivo de déficit, que para 2010 era del 2,4%. El conjunto de malos datos de déficit y deuda le permitió apuntalar la teoría de que harán falta nuevos recortes sociales para que en 2011 sí se pueda cumplir el objetivo de défit del 1,3%.

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Mas se refirió a la dura "herencia" del tripartito, pero también lamentó que el Gobierno central "centifugue" gasto, y déficit, hacia las comunidades autónomas. De ahí que aprovechara para pedir al Gobierno una negociación para "pactar políticas conjuntas" que permitan atajar el déficit. El Gobierno catalán busca sobre todo un pacto sanitario que permita introducir mecanismos de copago de servicios complementarios en todas las comunidades.

Los problemas financieros de la Generalitat llegan de varios frentes. El más importante es la sanidad, responsable de buena parte de la desviación del déficit. El tripartito elaboró los presupuestos de 2010 con un objetivo de déficit del 3,1%. A mediados de año hizo un plan de ajuste para reducirlo al 2,4%, en línea con lo exigido por el Gobierno central en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Sin embargo, la izquierda dejó el Gobierno admitiendo que el aumento de gasto en las políticas sociales le había impedido recortar tanto y que el déficit sería del 3,1%. Ahora el Gobierno lo eleva al 3,6%. Fuentes del Ejecutivo afirmaron que la cifra de déficit está situada en torno a 7.800 millones de euros, de ahí que el presidente hablara de una "hemorragia" que hay que parar.

Pero ¿cómo? De entrada, Mas dejó claro que no se cubrirán bajas por jubilación entre los funcionarios. También señaló que cumplirá a rajatabla su promesa electoral de reducir un 23% el número de altos cargos y organismos públicos. Esta medida es vistosa políticamente, pero significa un ahorro real de entre tres y cinco millones anuales, según admitió el presidente. Mas se jactó ayer de haber conseguido que los altos cargos pasen de 177 a 136 mediante la agrupación de áreas y de departamentos.

Ahora habrá otros recortes. Este mes se reducirá el personal eventual -cargos de confianza y de asesoría-, que irá "claramente a la baja", según aseguró ayer Mas. El Gobierno tripartito acabó la legislatura con un total de 223 contratados bajo estos epígrafes, con lo que Mas deberá reducir la cifra en al menos 50 personas para cumplir su promesa. Además, en un máximo de dos meses habrá decretos en todos los departamentos, que ajustarán sus estructuras, y a finales del semestre se reorganizarán las empresas públicas para reducirlas sustancialmente, aunque esto requiere un análisis previo de cada organismo.

Para esta otra reducción, el presidente aprovechará el informe interno que el anterior Gobierno hizo en 2010 sobre ello, aunque no significa que se siga estrictamente. El número de informes encargados por la Generalitat será precisamente uno de los ámbitos que el Gobierno revisará.El Gobierno catalán se enfrenta ahora a la complicada papeleta de cuadrar las cuentas para el año que viene -los presupuestos no llegarán antes de abril o mayo- e intentar acotar el déficit en el 1,3%. Para ello podría ser necesario un recorte de unos 6.000 millones en un presupuesto de 40.000. Por esta razón, Mas vaticinó un 2011 complicado y un 2012 igualmente dificil. "Intentaremos estabilizar las cuentas a partir de 2013 y así garantizar a medio plazo las políticas sociales de bienestar", dijo. Mas también confirmó que la Generalitat tendrá que volver a recurrir, probablemente, a la emisión de bonos de deuda pública para financiarse. El anterior consejero de Economía, Antoni Castells, fue muy criticado por la colocación de 3.000 millones en bonos para particulares.

Los grupos que formaron el anterior Gobierno, socialistas, republicanos y ecosocialistas, no se quedaron ayer callados ante la embestida de Artur Mas. Aunque algunos tuvieron que hacer verdaderos equilibros para defenderse. Esquerra Republicana, por ejemplo, replicó al presidente de la Generalitat que, si tantos problemas económicos tiene el Gobierno, lo que debería hacer es mantener el impuesto de sucesiones para las rentas más elevadas. "Antes que tocar ni un solo euro de las políticas sociales y de salud", lo que debería hacer el nuevo Gobierno de la Generalitat "es replantearse la promesa de suprimir el impuesto de sucesiones para las propiedades de valor más elevado", dijo el secretario de Comunicación de ERC, Ignasi Llorente. Su partido, sin embargo, fue el que más presionó en el seno del tripartito para anular, prácticamente, este impuesto la pasada legislatura.

Iniciativa atacó por el mismo flanco. La portavoz parlamentaria de ICV-EUiA, Dolors Camats, recordó a Mas que el impuesto de sucesiones aportaría a las arcas del Gobierno 600 millones de euros, por lo que le pidió que replantee su supresión.

Camats criticó que Mas pida esfuerzos a todo el mundo mientras que, a nivel fiscal, "está haciendo regalos a las rentas más altas". El presidente del Grupo Socialista en el Parlament, Joaquim Nadal, tachó de "cosméticas" las medidas anunciadas ayer por el Gobierno.

También los sindicatos se han sumado al ataque. El líder de UGT de Cataluña, Josep Maria Álvarez, pidió al Gobierno que comience por combatir la economía sumergida antes que por aplicar recortes. Mas respondió que piensa hacerlo, pero sin cargar a las empresas con nuevos impuestos.

El Gobierno catalán, en su reunión de ayer en el Palau de la Generalitat.
El Gobierno catalán, en su reunión de ayer en el Palau de la Generalitat.TEJEDERAS

De ESADE al Gobierno

La cascada de nombramientos del nuevo Gobierno continuó ayer con 5 nuevos secretarios generales y 11 directores generales. El presidente, Artur Mas, mantiene el empeño de hacer el Gobierno "de los mejores" pese a haber acabado colocando en determinadas áreas, como al frente de los Mossos d'Esquadra, a políticos no expertos en la materia. Para los cargos de segundo nivel, el Gobierno parece haber encontrado todo un filón en la escuela de negocios ESADE. Nueve de los 16 algos cargos nombrados ayer han pasado por esta institución como alumnos o como profesores. Es el caso de la nueva secretaria de Ocupación, Esther Sánchez Torres, y de dos de los más directos colaboradores de Artur Mas: Jordi Cuminal (director general de Comunicación) y Xavier Martorell (director de Análisis y Prospectiva). También el secretario general de Universidades, el democristiano Antoni Castellà, ejerce como profesor de ESADE.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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