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Roca dice que ya era rico al entrar a trabajar en Marbella

Juana Viúdez

El máximo imputado del caso Malaya, Juan Antonio Roca, ha iniciado una nueva batalla: tratar de convencer al tribunal que enjuicia la mayor trama de corrupción destapada en España, de que ya era rico cuando entró a trabajar en el Ayuntamiento de Marbella (Málaga) y de que la policía ha cargado las tintas contra él. "Me han presentado como una persona sin escrúpulos que se dedicaba a matar animales y a colgar obras de Miró en el baño (...) No se ha podido demostrar que era auténtico, a estas alturas nadie mantiene que Roca tenía un miró en el baño", dijo él mismo ayer.

El ex asesor de urbanismo marbellí insiste en que no llegó a Marbella "con una mano delante y otra detrás", tal y como consideraron los investigadores, sino que ya había acumulado un patrimonio de seis millones de euros fruto de sus negocios. Todo esto se une a la limitación que hace de su poder en el Ayuntamiento que le acusan de saquear: "Solo elevaba propuestas urbanísticas al señor alcalde, y en la mayoría de la mayoría de las ocasiones no se oían".

El cerebro del 'caso Malaya' insiste en que el 'miró' del baño era falso

Pero los gestos de Roca, y las pinceladas que van dando otros procesados -esta macrocausa sienta a 95 personas en el banquillo- hacen que la imagen que tanto se esfuerza en transmitir no termine de cuajar. Ayer corrigió las preguntas de su abogada, Rocío Amigo, con comentarios del tipo "esto no es una discusión jurídica, es una ley y se aplica". Tampoco dejó mucho tiempo libre al informático de la sala, al que dio múltiples instrucciones para que proyectara en el monitor los párrafos exactos de todos los folios del sumario que quería mostrar. "Cómo se nota que está acostumbrado a mandar", comentó un periodista.

El juicio se ha dividido por bloques para hacerlo más manejable. Ha arrancado con la Operación Crucero Banús, un pelotazo urbanístico que generó una plusvalía de 6,4 millones entre 2001 y 2002 y en el que Roca tenía participación. El negocio consistió en la compra, recalificación y venta de unos solares en Puerto Banús, en los que se multiplicó la edificabilidad por 21.

El ex asesor, entonces responsable de la oficina de planeamiento urbanístico, reconoce que entró al negocio con 742.000 euros "no declarados" y que ganó unos 800.000 euros. Aún así, insiste en que, aunque sorprenda, sus sociedades "no han escatimado pagos a Hacienda" y podría haber abonado, solo en impuestos, entre 18 y 20 millones.

La operación se cerró con la venta de la parcela al promotor José Ávila Rojas. El empresario granadino reconoció que, de haber salido bien, "nunca una obra le habría sido tan rentable". "Allí subía el precio todos los días", dijo. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía paralizó la estructura porque el convenio estaba supeditado a un planeamiento urbanístico que no había sido aprobado. Ávila Rojas, de 67 años, también definió su relación con el máximo acusado: "Iba a verle para solucionar problemas de mis obras. No crea que era tan fácil verle. Y si no hablaba con él, tenía que ir a ver al alcalde". La fiscalía, que reclama 30 años de prisión para Roca, cree que cobró hasta 33 millones en sobornos de promotores y que negoció en su provecho con el patrimonio de Marbella.

Juan Antonio Roca, en el juicio.
Juan Antonio Roca, en el juicio.EFE

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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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