EE UU ordenó impedir que España levantara el embargo a China
El Departamento de Estado movilizó a sus embajadas europeas al ver que Moratinos quiso aprovechar la presidencia de la UE para eliminar el veto de venta de armas tras la matanza de Tiananmen
Aparentemente, la presidencia española de la Unión Europea, entre enero y junio de este año, discurrió de forma tranquila, sin sobresaltos ni grandes avances. Sin embargo, los cables confidenciales del Departamento de Estado de EE UU revelan un asunto que generó mucho trabajo diplomático, en la sombra, para tratar de frenar, de nuevo, la estrategia de Miguel Ángel Moratinos, ex ministro de Asuntos Exteriores. España quería aprovechar su presidencia para poner sobre la mesa una vieja aspiración de Zapatero: el levantamiento del embargo de venta de armas a China que la Unión Europea estableció en 1989, tras la matanza de Tiananmen.
El primero en destapar esas intenciones fue el embajador español en China, Carlos Blasco, quien le dijo a la prensa de ese país que España aprovecharía su presidencia para iniciar un diálogo para acabar con el embargo. Una semana después, Moratinos confirmó públicamente esas intenciones.
Un representante de la UE: "España busca ventajas con China a costa de otros"
Francia lo intentó en 2004, pero esta vez dudaba más y sin el apoyo de Alemania
EE UU se puso en marcha inmediatamente para frenar a Moratinos. El departamento que dirige Hillary Clinton envió a todas sus embajadas ante los 27 miembros de la Unión Europea un cable tajante (249230). "Requerimos a todas las embajadas para que reiteren a los Gobiernos de la UE que EE UU mantiene su firme oposición a cualquier levantamiento del embargo. Levantarlo tendría serias consecuencias para la seguridad y la estabilidad de la región del Pacífico. En derechos humanos, el Gobierno chino ha ignorado en los últimos meses la preocupación internacional en asuntos específicos como demuestra la dura sentencia a 11 años de cárcel para [el Nobel] Liu Xiaobo y la ejecución del ciudadano británico Akmal Shaikh".
El mensaje era muy claro. Las embajadas empezaron a transmitirlo, y rápidamente España se encontró con una oposición fuerte, bien organizada y coordinada por la presión de Washington. Uno a uno, según reflejan los cables confidenciales de esos días, todos los países recién incorporados a la UE que vienen del bloque soviético, se colocan del lado de EE UU. Polonia, República Checa, Bulgaria, países bálticos... todos le dicen a los embajadores estadounidenses lo mismo: no se preocupen, no dejaremos que se levante.
España tiene un solo aliado para esta batalla: Francia. La última vez que se intentó levantar este embargo fue en 2004, a iniciativa de Jacques Chirac. Entonces contó con el apoyo de Alemania. Pero Sarkozy es mucho más pro-EEUU que Chirac, y Alemania ya no tiene a Gerhard Schröder, sino a Angela Merkel. Los cables demuestran que Francia es tibia y Alemania no está con España: "No es el momento", dicen los alemanes. Reino Unido es claro: "La sugerencia de España de que habrá algún movimiento en el embargo es un humo sin fuego", le dice a EE UU Matthew Moody, responsable de China en el Foreign Office.
El movimiento de Moratinos y de su embajador en China provocó muchos recelos en sus socios europeos. Alexander McLachlan, el consejero político de la representación de la UE en China, es claro, según el cable confidencial (246194): "Algunos miembros de la UE están molestos. El embajador español ha dado a los chinos la desafortunada impresión de que hay diferencias explotables entre miembros de la UE sobre el asunto del embargo de armas. España está buscando ventajas a costa de otros miembros de la UE". "Maclahan cree que las consecuencias en la relación con EE UU y la ira de los europeos por el tratamiento de los derechos humanos en China son demasiado grandes como para ignorarlos", remata el cable.
Los funcionarios españoles ven que levantar el embargo es imposible. El 30 de junio, a tres días de concluir la presidencia española, Moratinos admite que no hay consenso: "De momento las condiciones no se dan para ese levantamiento del embargo, pero no se puede eludir que hay que plantearlo y discutirlo". Lo que no dijo es que las presiones de EE UU también habían hecho buena parte del trabajo de oposición.
La pasión de España por China viene de lejos. Ya en 1989, con Felipe González, Francisco Fernández Ordóñez, ministro de Asuntos Exteriores, fue el primer representante de la UE en pisar suelo chino después de la matanza de Tiananmen. Los intereses españoles en China son crecientes, con grandes operaciones como la compra por parte de Telefónica del 8% de China Unicom, la segunda operadora del mayor mercado del mundo. Mientras, Fomento busca la financiación de fondos chinos para la construcción de nuevas obras del AVE.
Moratinos y Zapatero -recibido en septiembre en Shanghai como "el mejor amigo de China en la UE"- consideran crucial la relación con China. Tanto que España fue de los últimos países, arrastrada por otros como Francia o Reino Unido, en reclamar a China que liberara a Liu Xiaobo después de que le concedieran el premio Nobel. Moratinos no quería hacer ningún gesto que pudiera irritar al gigante asiático, siempre dispuesto a intercambiar negocios por silencio sobre sus ataques a los derechos humanos.
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