Obama insta a China a hacer cumplir las leyes internacionales a Pyongyang
China dice que hay que relanzar la negociación para desnuclearizar Corea
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó ayer que consultará con Corea del Sur cualquier respuesta al ataque de la artillería norcoreana de ayer y declinó especular con una posible acción militar estadounidense.
En una entrevista concedida a la periodista Barbara Walters, de la cadena televisiva ABC, Obama dijo también que China, el único y mayor aliado del régimen comunista norcoreano, debe comunicar a Pyongyang que "hay una serie de normas internacionales que deben cumplirse". El mandatario subrayó también que EE UU pretende acompañarse de la comunidad internacional a la hora de ejercer presiones contra Corea del Norte, informa Reuters.
"No estoy barajando acciones militares en este momento", dijo el presidente estadounidense. "[El ataque contra la isla de Yeonpyeong] es solo una provocación más en una serie de provocaciones que hemos visto a lo largo de los últimos meses, y voy a hablar con el presidente de Corea del Sur para consultar con él los términos de una respuesta apropiada".
Pekín y Washington coinciden en que un conflicto sería "nada deseable"
Horas antes de la entrevista televisiva, el presidente estadounidense había convocado a su gabinete de seguridad y a la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Obama reiteró entonces el apoyo "inquebrantable" de Estados Unidos a Corea del Sur.
El responsable de Defensa estadounidense, Robert Gates, y su homólogo surcoreano, Kim Tae-young, acordaron coordinar cualquier respuesta al ataque de Pyongyang, indicó el Pentágono en un comunicado. Gates agradeció a Tae-young "la contención mostrada por el Gobierno de Corea del Sur" ante la agresión, informa Reuters.
Mientras, la diplomacia estaba en marcha en Pekín, donde el enviado de la Casa Blanca, Stephen Bosworth, se reunía con representantes del Gobierno de China, principal suministrador de ayuda económica al régimen de Pyongyang. Tanto Washington como Pekín consideraron que un conflicto entre las dos Coreas sería "nada deseable". Bosworth insistió en "actuar con moderación" y evitó calificar lo sucedido como crisis. Eso sí, "los hechos hablan por sí solos", dijo el negociador estadounidense.
Pekín, por su parte, declinó tomar partido y pidió mesura. "China espera que las partes relevantes hagan más para contribuir a la paz y la estabilidad en la región (...) Es imperativo relanzar las conversaciones a seis bandas", dijo Hong Lei, portavoz de Exteriores.
El encuentro de Bosworth con las autoridades chinas estaba previsto antes de que se produjera el ataque. Las reuniones del enviado estadounidense con altos cargos chinos estaban encaminadas a reactivar las moribundas conversaciones a seis bandas para desarmar a Corea del Norte, que están estancadas desde 2008. El Pentágono aseguraba ayer que no se habían trasladado más efectivos a la zona y rechazó confirmar si las fuerzas estaban en estado de alerta. Estados Unidos tiene 28.500 soldados desplegados en Corea del Sur desde 1953.
La UE, por medio de la responsable de su Política Exterior, Catherine Ashton, condenó el ataque y apremió a Pyongyang a abstenerse de cualquier acto que pueda aumentar la tensión. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que existe un "peligro colosal" de que se produzca una escalada de enfrentamientos en Corea, y el primer ministro japonés, Naoto Kan, ordenó a sus ministros que estén preparados "para cualquier eventualidad".
Mientras, en Seúl, el mando de la misión de Naciones Unidas en Corea del Sur, que lidera Estados Unidos, hizo un llamamiento al diálogo, a nivel de altos funcionarios, "con el Ejército Popular de Corea del Norte, a través de la misión de Panmunjom, para iniciar un intercambio de información y rebajar la tensión". "[El mando] investigará el incidente como parte de su responsabilidad de mantener el acuerdo de armisticio [entre las dos Coreas] y determinará cualquier violación", explicó a través de un comunicado.
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