Cataluña se prepara para el coche eléctrico, una industria todavía en el aire
El 83% de las firmas del sector pueden adaptarse para fabricar el nuevo vehículo
Un empresario de Barcelona se gastó en 1898 tres millones de pesetas en abrir un taller en la calle de la Diputació. Fabricaba coches eléctricos. Los promocionaba como "los más ligeros del mercado". El problema es que llegó el motor de combustión. Más velocidad, más autonomía. Y el coche eléctrico pasó a la historia. Ahora este automóvil vuelve a aparecer en el horizonte. La Generalitat quiere que lo que fueron los cimientos de la industria se conviertan en su futuro. Lleva tiempo trabajando para que el epicentro del coche verde se sitúe en Cataluña. El problema es que todavía no está claro cuánto dará de sí y, sobre todo, cuándo dará frutos.
La anécdota del empresario de la calle de la Diputació la cuenta Pedro Nueno. Este profesor de la escuela de negocios IESE es un gran conocedor del sector de las cuatro ruedas. Cree que la promesa del coche eléctrico tiene sus ventajas. "Pero entre los fabricantes tradicionales aún hay muchas dudas. Todos tienen sus prototipos, pero ¿tienen mercado?", señaló hace unos días. Esas dudas se plasmaron ayer en el 25º Encuentro del Sector de Automoción, celebrado por el IESE. Antonio Romero, presidente de Faconauto, la patronal de los concesionarios, fue el más agresivo: puso en duda su futuro y los tildó de "carritos de golf tuneados de colores".
Los fabricantes que participaron ayer enseñaron sus cartas: Nissan, el más efusivo, diseccionó su modelo Leaf. El director del proyecto, Javier Redondo, prometió que las primeras unidades se entregarán en Japón el mes que viene. En 2012, dice, lo venderán de forma masiva. En España, adonde tardará más en llegar, costará tras subvenciones 30.000 euros. Toyota, más escéptico, se decanta por apostar por los híbridos, aunque también tiene modelo eléctrico. Seat, cuyo presidente hablará hoy en el encuentro, tiene su apuesta enchufable: IBE. También está el pequeño noruego Think y las apuestas de otras firmas, como el Peugeot IOn, el Citroën C-Zero, Renault Fluence Z. E., Opel Ampera...
Tras las exposiciones de algunos fabricantes, lo que quedó claro es que al coche eléctrico se le presentan todavía algunos llamativos retos. Para empezar, ningún modelo tiene una autonomía superior a 160 kilómetros por recarga. Una recarga normal viene a suponer unas ocho horas en el enchufe, que el propietario deberá instalar en su casa. Los que permiten carga rápida en estaciones especiales pueden conformarse con entre media y una hora, pero solo debe aplicarse la solución exprés ocasionalmente si no se quiere perjudicar la batería. No suelen alcanzar más de 140 kilómetros por hora. El precio parece aún muy elevado: entre 30.000 y 40.000 euros.
En todo 2009 se vendió en España solo un coche eléctrico. Entre enero y agosto de 2010 se matricularon 16. Aun así, según calculó Nissan, en 2020 pueden suponer el 10% del parque automovilístico mundial. Para Toyota, la cifra es demasiado optimista, y ve más cerca un 8%. El presidente de Ford, José Manuel Machado, vaticinó 100.000 coches enchufables para 2020, lo que contradice los deseos del Estado, que querría 250.000 unidades en 2014.
Cataluña, dice la Generalitat, está preparada para impulsar su fabricación. "El 83% de las empresas del sector tendrían la posibilidad, hoy en día, de adaptarse para servir componentes al coche eléctrico", aseguró ayer Antoni Soy, secretario de Industria. La debilidad, dijo, se sitúa en la fabricación de baterías. Pero ya han puesto en marcha medidas para potenciar la I+D necesaria.
15 años más de espera
La implantación del coche eléctrico tendrá tres fases, según un estudio del Departamento de Innovación, Universidad y Empresa. La primera es la de posicionamiento industrial, la que vive ahora. El estudio avisa: "Los retornos serán todavía reducidos". Así se estará más o menos hasta 2015. Entonces el coche eléctrico entrará en la fase de "complejidad industrial máxima". Durará 10 años más y en ella los híbridos robarán mercado a los coches de combustión y los eléctricos comenzarán a verse por las calles. Hacia 2025, según la Secretaría de Industria, llegará el verdadero negocio, la fase de "industrialización masiva". El coche eléctrico, por fin, robará mercado al de combustible fósil. Será entonces cuando se fabrique de forma masiva. Aunque se haga esperar, dice el informe, los que quieran aprovechar la tercera fase deben apostar en la primera.
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