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El forense halla otras ocho muertes no naturales en el asilo de Olot

El turno del celador detenido acumula el 80% de los fallecimientos en 2010 - Los médicos certificaron los óbitos sin ver los cuerpos, según el juez

Rebeca Carranco

Las primeras investigaciones sobre el asesinato con lejía de tres ancianas por un celador en la residencia La Caritat de Olot apuntan a un escenario aterrador en el que al menos otras ocho personas mayores habrían muerto este año por causas no naturales sin que nadie se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo porque los médicos que firmaban los certificados de defunción lo hacían sin ni siquiera examinar los cuerpos.

Este es el panorama descrito por el Juzgado de Instrucción 1 de Olot en el auto en el que ordenó exhumar los cadáveres de los nuevos ocho casos sospechosos de asesinato. Según el auto, el primer análisis forense, hecho con historias clínicas, concluye que estas defunciones "no pueden explicarse como muerte natural".

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Durante 2010, han muerto 15 internos de La Caritat, de los que 12 (es decir, un 80%) lo hicieron en fin de semana, el turno de trabajo del celador. "En cambio, tenemos que de 12 fallecimientos ocurridos en 2009, únicamente cinco tuvieron lugar durante el turno de Joan Vila Dilmé", suscribe el juez, que destaca "la dificultad de admitir la casualidad de que los fallecimientos se concentraran durante los fines de semana".

En el análisis caso a caso, cuatro ancianos padecieron "fallos multiorgánicos" sospechosos por los cuadros clínicos que presentaban. Uno de ellos, padeció "un vómito abundante previo a la muerte", el mismo síntoma de las tres muertes admitidas por Vila Dilmé, mientras en el resto de causas de muerte se cita "fiebre", "infecciones", "inflamaciones" y "motivos intestinales" difícilmente explicables, según el juez.

Tras la detención de Vila Dilmé, el juez ordenó revisar la muerte de 50 personas ocurrida en la residencia durante los últimos seis años. La exhumación sobre las ocho en las que el forense puso el foco empezó ayer en a las nueve de la mañana en los cementerios de Olot, Castellfollit de la Roca y Sant Salvador de Bianya.

El caso del celador de Olot no se destapó hasta que una de sus víctimas fue encontrada moribunda y trasladada al hospital. Allí, los médicos sospecharon de las quemaduras que la mujer tenía en la boca y la garganta y alertaron a los Mossos d'Esquadra. Vila Dilmé fue detenido al día siguiente y dos días más tarde confesó haber matado a tres ancianas con otros productos de limpieza.

El magistrado apunta en el auto la explicación de por qué se tardó tanto en sospechar del celador: la residencia avisaba por teléfono a los médicos cuando un interno fallecía y "no consta acreditado a día de hoy que la certificación de la muerte se efectuara tras el examen previo de un facultativo", añade.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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