Verjas contra la prostitución
La prostitución se asomó ayer en la campaña electoral aunque nadie le hizo caso. Negocio tan lucrativo como carente de regulación, siempre ha sido tabú en vísperas de elecciones. A los políticos suele gustarles la tradición: ninguno ha mostrado interés en afrontar el embrollo durante esta campaña. Pero ayer el catalán errante presenció la instalación de las verjas que cerrarán el mercado barcelonés de la Boqueria por las noches. Como ocurre en otras localidades, el centro de Barcelona retrata una ciudad hermosa, trasnochada y algo pervertida. La prostitución domina las callejuelas que bordean la Boqueria y gran parte de La Rambla. Hasta hace un año, la plaza que rodea el mercado ejercía de descarado burdel al aire libre: las columnatas cobijaban penetraciones, felaciones y demás variantes sexuales. Los políticos no se acuerdan pero ahí aparecen las verjas para recordarlo. Problema resuelto: las prostitutas ya solo ejercen en los portales de los edificios cercanos.
No lo mencionan los políticos pero el hampa que rodea esta actividad salpica a los ciudadanos. Manuela González, de 72 años y vecina de La Rambla de toda la vida, está harta de que las prostitutas acosen a su nieto de 13 años. El chaval va a visitar a la abuela y acaba hostigado por decenas de incitaciones deslenguadas. A Manuela también le molesta soportar que algunas se lleven los clientes a las escaleras de su edificio. No es la única: muchos portales cercanos limpian a diario preservativos y otros restos de lujuria. Manuela dice que remite quejas y quejas. Al Ayuntamiento y a la Generalitat. La solución: verjas para cercar el mercado.
Algunos parecen encantados con el espectáculo. Jóvenes y adolescentes, fácilmente impresionables, se divierten persiguiendo a prostitutas. Les gusta bromear con contratar sus servicios; cosas de chavales. Oriol, de 17 años, tenía poco que hacer ayer por la mañana. Ni estudia ni trabaja. En días aburridos, se dedica a buscarlas a pleno mediodía. Y las encuentra. "En el centro de Barcelona siempre las encuentras, pero hoy quiero una rusa", dice. Aparenta saber mucho de prostitución: hábitos, precios, virtudes y defectos de las distintas nacionalidades. No tendrá carrera universitaria pero acabará por poseer una sobresaliente sabiduría urbana. Aunque las verjas cerquen la Boqueria.
http://blogs.elpais.com/catalan-errante/
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