"A la Gran Vía de Madrid le falta mucho para ser Broadway"
Lo de rey del musical no es, en este caso, una hipérbole. Cameron Mackintosh es el rey del musical. Anoche estrenó en el teatro Lope de Vega Los miserables en el centenario de la Gran Vía y en el 25º cumpleaños de este musical tan global como el Big Mac o cualquiera de sus otras producciones entre las que se cuentan Cats, Oliver o El fantasma de la ópera.
"En estos momentos hay unas 30 funciones mías que se están representando en diferentes partes del mundo", comenta en un hotel de Madrid. Y es que este inglés que desde pequeño soñó con producir musicales, pasará a la historia como responsable de exportar, vender y empaquetar el musical con mayúsculas más allá del West End y de Broadway. "A la Gran Vía le queda todavía mucho para llegar a ese nivel. Faltan teatros con escenarios lo suficientemente grandes para albergar este tipo de espectáculos", comenta.
Un espectáculo, el de Los miserables, que hará trabajar a unas 120 personas cada noche hasta el próximo julio para representar las aventuras de Jean Valjean antes, durante y después de la Revolución Francesa. "No me interesan las ideas, me interesan las historias", contesta preguntado por el ingrediente esencial de sus producciones. "Todos tenían barba así que tuvimos que afeitar a unos cuantos", contesta entre risas preguntado sobre la principal dificultad de adaptar su franquicia a España. "Por mucho que diga la gente, Los miserables no es pop. Hemos tenido que esperar 25 años para tener un hit", puntualiza sobre el extra de publicidad que le dio el éxito planetario de Susan Boyle cantando el himno global I dreamed a dream.
Babelia
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