La UE da un respiro a Irlanda al calmar a los mercados sobre un posible rescate
Los países europeos del G-20 aclaran que el fondo actual, en vigor hasta 2013, no contempla que los inversores privados de los bonos irlandeses asuman pérdidas
El debate abierto por Alemania y Francia para incorporar a los propietarios privados de títulos de deuda pública al mecanismo de rescate de la UE ha echado sal en la herida de Irlanda, cuyas cuentas públicas se tambalean por la debacle del sector financiero. Ante el creciente castigo de los mercados, el primer ministro irlandés, Brian Cowen, se quejó ayer de la falta de tacto de Berlín y París al lanzar esas propuestas en un momento en el que la prima de riesgo irlandesa (el diferencial con el bono alemán) está disparada. Una inquietud que los cinco países de la UE representados en la cumbre del G-20 trataron de contrarrestar con un comunicado conjunto. Tras las dudas iniciales, el efecto en los mercados fue fulgurante. Los bonos irlandeses vivieron su mayor subida de precio (caída de la rentabilidad exigida) en un día desde el 10 de mayo pasado, justo tras la creación del fondo de rescate europeo.
La deuda del país vive su mejor día en los mercados desde el 10 de mayo
Primero, la canciller alemana, Angela Merkel, reiteró el mensaje lanzado el jueves por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y mantuvo que el fondo de rescate europeo está preparado para acudir en ayuda de Irlanda. Luego, los ministros de Economía de Alemania, Francia, Reino Unido, España e Italia, firmaron una declaración conjunta tras una reunión de emergencia en la que precisan que "lo que se debate en la zona euro sobre la participación privada en el futuro fondo permanente de estabilidad no afecta de ninguna manera a la deuda pública en circulación, ni al fondo vigente". Tal y como ya enfatizó el jueves la vicepresidenta económica española, Elena Salgado, el fondo temporal de rescate, dotado con 750.000 millones y vigente hasta 2013, excluye la opción de repercutir en los inversores privados el coste del rescate mediante una quita en sus títulos de deuda.
Las declaraciones de Berlín y París han alimentado las especulaciones sobre la deuda pública irlandesa, y de forma colateral, la española y portuguesa. "Son declaraciones que no han ayudado", indicó Cowen al diario Irish Independent. "Han tenido consecuencias imprevistas, porque el mercado ha interpretado que se cuestionaba la viabilidad del mecanismo de rescate", añadió.
El comunicado de los cinco ministros de la UE recalca que la activación del fondo en vigor, "no requiere la implicación del sector privado". Y matiza que, entre las propuestas para definir las condiciones del fondo permanente de rescate, que se debatirán en diciembre, se incluyen varias posibilidades: "Un compromiso voluntario de los inversores institucionales para mantener sus exposiciones" a títulos de deuda europeos, "un compromiso de los prestamistas privados para renegociar deuda existente" o la polémica inclusión de "cláusulas de acción colectiva en futuras emisiones de bonos de la zona euro" que permitirían las quitas en caso de que se activara ese futuro fondo permanente de estabilización.
Los tipos que se exigen a la deuda irlandesa son insostenibles a medio plazo, pero Dublín cuenta con una ventaja. A diferencia de Grecia, cuya necesidad de fondos era apremiante, Irlanda no necesita apelar a los mercados hasta mediados del año próximo. Si sus ajustes van dando fruto y los mercados recuperan algo de confianza, aún puede eludir el rescate. Las autoridades irlandesas calificaron ayer de "especulaciones" las informaciones de Reuters que decían que el rescate irlandés era "muy probable" y que Dublín había iniciado contactos al respecto.
Por de pronto, los inversores dieron ayer un voto de confianza a la deuda irlandesa. La rentabilidad exigida a los bonos irlandeses a 10 años cayó del 8,65% al 7,93%, y el diferencial o prima de riesgo exigida con respecto a los títulos alemanes se redujo en 80 puntos básicos (0,8 puntos porcentuales), hasta los 541. La recuperación no se frustró ni siquiera al conocerse que los bancos irlandeses aumentaron su dependencia del Banco Central Europeo en octubre, mes en que le pidieron 130.000 millones (casi un tercio del Eurosistema).
El contagio esta vez fue para bien. Portugal redujo su prima en 42 puntos básicos (los inversores exigen a sus bonos el 6,54%, frente al 2,52% alemán) y España e Italia, en unos 16 puntos básicos. La deuda española a 10 años cotiza con una rentabilidad del 4,51%.
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