De imitador de George Bush a estrella mundial de cine
El cómico californiano escribe y protagoniza 'Los otros dos'
Will Ferrell nos recibe en calcetines y chándal rojo en un hotel de Londres. Por lo visto la fiesta del estreno en Londres se alargó demasiado y confiesa que necesita estar cómodo. Habla con entusiasmo de su nueva película, Los otros dos, en la que encarna a un policía torpe al que jamás le encargarán una misión de riesgo. Él y Mark Whalberg son eso, los otros, los segundones de la comisaría. La actriz Eva Mendes hace de esposa de Ferrell. En Estados Unidos la película ya ha desbancado a Origen y a Toy Story 3 de lo alto de la taquilla. En España se estrena el próximo jueves.
Ferrell se subió en los 90 al carro de éxito de los talk shows y se hizo famoso por su caracterización de George Bush en Saturday Night Life. Veinte años más tarde no sólo sigue haciendo reír a Estados Unidos sino que marca las nuevas tendencias del humor en el mundo desde su web de videos Funny or Die, un portal que abrió junto con el director de Los otros dos, Adam McKay. Está convencido de que Internet ha creado una nueva arena a la que hay que estar atentos. "Se ha convertido en un gran casting de humoristas y es un buen lugar para darse a conocer. La gente sólo necesita que coger una cámara".
El gran problema de los "humoristas internautas" de hoy, es el dinero, dice Ferrell. "Tienen talento pero... ¿cuántos pueden ganarse la vida?".
Después de escribir cuatro guiones junto con McKay está convencido de que en una comedia es más importante un buen argumento que la improvisación de un actor: "Hay que comenzar a filmar con un guión muy divertido en la mano y luego trabajar con actores que son capaces de improvisar". Él es uno de esos actores que saben inventar sobre las tablas, aunque le cuesta encontrar de qué parte de su ser nace esa gracia innata que le ha hecho famoso... "Supongo que nací en un barrio tan acomodado que tuve que empezar a decir tonterías para no aburrirme. O quizá sencillamente soy afortunado de tener esta mente. Por ejemplo, estoy en el supermercado o conduciendo y veo escenas que me hacen tener ideas divertidas. No puedes forzarte, como en cualquier otra forma de arte".
Ferrell también metió mano en el guión de Los otros dos. No se han cortado a la hora de incluir bromas machistas y homófobas pero cree que no es necesario: "El humor tiene que llegar tan lejos como lo necesite. Para mí no hay límites siempre que tenga sentido dentro de la historia. Nosotros no nos sentamos a hacer una película y decimos: 'tenemos que asegurarnos de incluir 10 burradas que dejen al público con la boca abierta'. Cuando escribes un guión no estás intentando ser provocador. Sencillamente haces decir a los personajes algo que tenga sentido, que digan sin forzarlo. A veces cruzan líneas rojas y otras no".
Babelia
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