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Reportaje:

Una ayuda para historias difíciles

El Ayuntamiento cuenta desde 2008 con un servicio de orientación jurídica para inmigrantes - El número de consultas se ha triplicado en el último año

Ana María Sara llegó a España procedente de Argentina hace cinco años y decidió quedarse para buscar un futuro mejor. A principios de este año intentó regularizar su situación con un contrato que le ofrecía una familia para que trabajase como interna cuidando de su hijo pequeño. Cuando pensaba que las cosas empezaban a marchar bien se encontró con que la pareja para la que trabajaba comenzó a humillarla e insultarla, le retuvieron los papeles y dejaron de pagarle. Tras varios meses aguantando este infierno, denunció la situación a la policía y a la Magistratura de Trabajo.

Luego acudió pidiendo consejo al Servicio de Orientación Jurídica en materia de extranjería y para supuestos de racismo, xenofobia, homofobia y transfobia (SOJEM), una prestación gratuita que ofrece el Ayuntamiento de Madrid en los 21 distritos de la capital.

Puede acudir cualquiera, sin importar si tiene papeles o no
Se tratan temas de arraigo o permisos de trabajo, pero también de racismo
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Abogados de oficio y asistencia en 30 idiomas

Ayer, en la plaza de Ramales, uno de los lugares a los que se puede acudir, varios inmigrantes esperaban para contar a un abogado sus problemas. La mayoría busca consejo para situaciones de arraigo y autorizaciones de residencia, pero las consultas son muy variadas: permisos de trabajo, nacionalidades, reagrupaciones familiares, expulsiones...

La decisión de acudir a este servicio ofrecido por el Ayuntamiento no es fácil. En muchos casos son personas que carecen de papeles y temen cualquier contacto con una Administración. "La gente en situación irregular tiene miedo por su situación personal. Solo van a sitios donde saben que van a recibir asistencia y no van a tener problemas, como en este caso", apunta Francisco José Hernández, el letrado que atiende a los inmigrantes en el centro de la plaza de Ramales. Realiza este trabajo gracias a un convenio del Ayuntamiento con el Colegio de Abogados, que ha sido renovado recientemente y que va a permitir doblar el número de abogados (hasta ahora 10) que realizan el servicio. Todos han tenido que pasar un examen específico, un caso práctico de extranjería y una entrevista personal para lograr una plaza.

El mayor número de letrados permitirá terminar con las listas de espera (las consultas se hacen una vez por semana en la mayoría de los distritos) y responde también a un dato estadístico: hasta el mes de septiembre se han realizado cerca de 9.000 consultas, el triple que en las mismas fechas de 2009. ¿Las causas?

"El cambio de la normativa de extranjería ha creado incertidumbre, y también la crisis económica, que afecta a temas como la renovación de permisos y falta de trabajo, lo que da lugar a situaciones de irregularidad sobrevenida", afirma Gregorio Moreno, subdirector general de Inmigración y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento.

Además, a mayor número de consultas, más se conoce el SOJEM por el boca a boca. Si una persona ha logrado resolver su problema con toda seguridad se lo dice a sus familiares o amigos que se encuentran en la misma situación. Y les aseguran que el carecer de papeles no es un problema: "Nunca tenemos en cuenta la situación regular o irregular de las personas que vienen aquí", reitera José Luis Salcedo, coordinador de este servicio municipal.

¿Y en los casos en que las consultas tratan temas más delicados, como el racismo o la xenofobia? Es un tema complicado. En muchas ocasiones la persona no es consciente de ello, lo considera normal por ser extranjero, y en otros hay condicionantes económicos: "Hay veces en que les aviso de que puede haber un comportamiento xenófobo en la actitud de sus jefes, pero me dicen que no tienen más remedio que aguantar porque necesitan el trabajo", dice el abogado Hernández.

Ana María Sara acaba de tener un juicio en el que se condena a las personas para las que trabajaba a pagarle 1.500 euros. No es mucho, pero es una victoria moral. Además, les ha denunciado por lo penal, y tiene un juicio pendiente. Agradece el trato que le han dado en el SOJEM, pero se ha cansado de pasarlo mal y regresa a su país la próxima semana. "Aun así volveré para el juicio, aunque tenga que pedir prestado para el avión. Quiero que se haga justicia".

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