¿Ganaría el PP?
El último barómetro del CIS estima una ventaja de 7,9 puntos porcentuales a favor del PP frente al PSOE. La encuesta, que se realizó en los días posteriores a la huelga general, no recoge el efecto del Acuerdo de Estabilidad Parlamentaria y de la remodelación posterior del Gobierno.
¿Es creíble una victoria del PP en las elecciones de 2012? El barómetro del CIS ofrece al menos tres razones para dudarlo.
La primera es la incapacidad de Rajoy, incluso en una coyuntura que le es favorable, para sobrepasar a Zapatero en valoración media. Este no es un dato menor: según las series históricas del CIS, desde 1982 los líderes de la oposición que han ganado elecciones generales, lograron, en algún momento, calificaciones superiores a las del presidente del Gobierno.
La segunda razón es la percepción que tienen los españoles de la capacidad global del PP, en comparación con la del Gobierno. De 16 áreas políticas por las que se pregunta, los socialistas se imponen en 12. Llama la atención que entre ellas no solo se encuentren las políticas sociales y los derechos civiles, sino también asuntos con menor carga ideológica, como las infraestructuras, así como áreas asociadas tradicionalmente a la derecha, como el terrorismo o la inseguridad ciudadana. En empleo y vivienda, ámbitos en los que la responsabilidad del Gobierno central es limitada, los ciudadanos se inclinan por la opción de que ninguno de los dos partidos lo haría mejor que el otro. Los populares ganan únicamente en dos áreas: en economía e inmigración. La lectura es que, si la economía se recupera, el PP se queda sin apenas ventaja como partido mejor preparado para gobernar.
Finalmente, la última razón que conduce a la duda es que los ciudadanos creen que el PP, ya de por sí situado en posiciones lejanas al centro, se ha derechizado en los últimos meses. Curiosamente, no son solo los progresistas los que perciben la derechización de la derecha. También lo hacen los electores por los que el PP compite con el PSOE: los centristas y los ciudadanos con un perfil ideológico indefinido.
Hay, por tanto, al menos tres obstáculos para el triunfo del PP en las próximas elecciones generales: un líder que no se impone a su adversario, un equipo al que prácticamente solo se le ve más capaz en un ámbito cambiante como el de la economía y un partido cada vez más alejado del centro.
Belén Barreiro es directora del Laboratorio de Ideas de la Fundación Alternativas.
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