El embajador en la ONU será el 'viceministro' de Exteriores

Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, actual embajador de España ante las Naciones Unidas, será el nuevo secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos y virtual número dos del ministerio dirigido por Trinidad Jiménez, según fuentes gubernamentales. Jiménez ha buscado en este veterano diplomático, nacido en Coria del Río (Sevilla) en 1942, el complemento de un experto en una de las áreas que menos domina: las relaciones con los organismos multilaterales.

Yáñez sustituirá al también diplomático Juan Pablo de Laiglesia, especializado en América Latina, un continente que Jiménez ya conoce a fondo por haber sido secretaria de Estado para Iberoamérica entre 2006 y 2009, lo que, según las citadas fuentes, supone una duplicidad.

Trinidad Jiménez recibe hoy a su homólogo marroquí, Taieb Fassi-Fihri

Yáñez-Barnuevo, a quien resta solo un año y medio para la jubilación, tiene una sólida formación en derecho internacional y tuvo un destacado papel en la creación de la Corte Penal Internacional, encargada de enjuiciar los crímenes de guerra. Entre 1982 y 1991 fue el principal consejero diplomático del entonces presidente del Gobierno, Felipe González, quien mantiene desde hace años una buena relación con la nueva ministra, a la que acompañó la semana pasada a Buenos Aires al funeral por el ex presidente argentino Néstor Kirchner.

El nombramiento de Juan Antonio, hermano del eurodiputado socialista Luis Yáñez, es el cambio de mayor calado abordado por la ministra en la cúpula del departamento, que su antecesor, Miguel Ángel Moratinos, renovó el pasado verano. De hecho, De Laiglesia solo llevaba en su nuevo cargo desde julio, aunque era secretario de Estado para Iberoamérica desde abril de 2009.

Jiménez también ha decidido relevar a la directora de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Elena Madrazo, con rango de subsecretaria. El nuevo director de la AECID, principal instrumento de la política de cooperación, con un presupuesto de unos 900 millones de euros anuales, será Francisco Moza, hasta ahora secretario general de Política Social y Consumo del Ministerio de Sanidad y uno de los responsables de la fallida campaña de Jiménez en las primarias socialistas de Madrid. La ministra también se ha traído de su anterior departamento a su jefe de Gabinete, el joven diplomático Jaume Segura, y a María Jesús García, primera periodista al frente de la Dirección General de Comunicación Exterior.

En su primera entrevista como titular de Exteriores, publicada por EL PAÍS el pasado sábado, Jiménez no descartó realizar cambios de altos cargos para afrontar los 18 meses que restan de legislatura. "En función del análisis que haga sobre cuáles son los elementos en los que me gustaría poner mayor énfasis [...] tomaré las decisiones que tenga que tomar", respondió.

El regreso a Madrid de Juan Antonio Yáñez deja vacante la Embajada de España ante la ONU, un puesto que parece a medida para la extensa agenda de contactos internacionales del ex ministro Miguel Ángel Moratinos, según fuentes diplomáticas. A corto plazo, sin embargo, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero le ha hecho un encargo más preciso, según fuentes de La Moncloa: que colabore en la preparación de la cumbre de la Unión por el Mediterráneo, prevista para el día 20 en Barcelona y pendiente todavía del desbloqueo de las negociaciones entre israelíes y palestinos.

Por otra parte, Trinidad Jiménez recibirá hoy en Madrid a su homólogo marroquí, Taieb Fassi-Fih-ri, con el objetivo de "repasar las relaciones bilaterales", según anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de un comunicado. Fassi-Fihri telefoneó a Jiménez para felicitarla por su nombramiento el pasado 21 de octubre, y la ministra le anunció su propósito de que Marruecos fuera el destino de uno de sus primeros desplazamientos, como es tradición de los jefes de la diplomacia española. La agenda de Jiménez se ha ido, sin embargo, complicando y el ministro marroquí ha decidido ser él mismo quien acuda a Madrid, lo que fuentes diplomáticas españolas consideran como "un gesto" positivo.

La entrevista se produce en un momento delicado, por la tensión que rodea la protesta protagonizada por miles de saharauis en un campamento levantado cerca de El Aaiún y la falsa noticia difundida por medios oficiales de Rabat sobre la supuesta muerte de un menor musulmán en Melilla a manos de un guardia civil.