Al rescate de Jorge Sanz
"Ooooh, se ha hecho mayor".
El comentario de una señora en el patio de butacas se escucha nítido cuando Jorge Sanz (Madrid, 41 años) sale a escena. Varios espectadores ríen la gracia, quizá dicha sin maldad, entre la lástima y el recochineo. A él le deja hecho polvo.
El que fuera niño prodigio y galán ha vivido muchos momentos así en los últimos años. Por suerte, Jorge Sanz sabe reírse de sí mismo. Le encantan "las comedias del personaje que sufre, como Jack Lemmon en El apartamento". Así, recopilando pequeñas miserias del oficio, ha creado junto al director y guionista David Trueba una serie para Canal +, ¿Qué fue de Jorge Sanz? El guiño del título a Baby Jane (la estrella infantil del filme de Robert Aldrich) anticipa el argumento: las desventuras de un actor venido a menos, padre divorciado y crápula ocasional.
"Quizá la gente me identifique con el personaje. No me preocupa: hago de un perdedor, pero yo soy un ganador"
El personaje de estos seis capítulos de 30 minutos se llama Jorge Sanz, conduce su viejo Mercedes, masculla sus típicos latiguillos ("tío", "cojonudo"), hace footing junto a su perro en la vida real, un mastín cojo. ¿Documental? Ni mucho menos. ¿Ficción? No del todo. "Tiene un pie en cada orilla", asegura el actor mientras apura una caña en un bar del centro de Madrid. "He aportado mucho de mi vida y mi familia: solo podía dirigirlo alguien de confianza como David. Pero forzamos la máquina al humillar al personaje". Conclusión: Jorge, el de verdad, no despierta de resaca en las escaleras de su casa. No pierde al póquer el sueldo de su niñera. No da a su hijo consejos del tipo "si te pegas con alguien, no le dejes señales". En fin, "no es un falso documental, no engaña al espectador", zanja el director. Que nadie piense en el destructivo Joaquin Phoenix de la reciente I'm still here.
Su hijo en la ficción le dice que le recuerda a Homer Simpson por la barriga. Para qué negarlo: el guapo protagonista de Orquesta Club Virginia (1992), con algún kilo de más, tiene cara de hombre (ojeras, una cicatriz en el pómulo derecho). Inconfundible por los ojos marrón verdoso, la voz grave, el cigarrillo, pide fuego a dos obreros. "Yo te veía en la tele", le dicen. Eso fue lo que interesó a Trueba del personaje: "El dolor de crecer y perder el sitio. Jorge simboliza la vida: lo hemos visto en plenitud y en momentos duros". Por eso hace dos años le aconsejó a su amigo: "Haz una serie como la de Larry David, que parodie el momento que pasas". Al actor, que ya había hecho de sí mismo en la serie Aída, le gustó la idea. Reunieron a un equipo pequeño y un presupuesto que se intuye modesto (no lo especifican), y se pusieron en marcha.
"No me hizo falta interiorizar el personaje", bromea Sanz. La puesta en escena realista (cámara al hombro, luz natural, apenas música) se complementa con algo de improvisación en los diálogos. Casi todas las situaciones nacen de experiencias propias. Las más sutiles son, seguramente, las más veraces. Como cuando acude a un concesionario para conseguir un coche a cambio de hacerles publicidad y le dicen que no. ¿Caso real? "En los Goya siempre me dejaban buenos trajes... hasta que un año no quedaban para mí". Otro clásico: el equívoco con Alejandro Sanz. Pero la sátira no se limita al protagonista: el propósito es reírse del oficio de actor, en general. Amigos como Santiago Segura o Juan Diego Botto también se autoparodian.
-Haz como yo, dedícate a la tele -le recomienda Antonio Resines en una escena.
Algunos chistes se dirigen expresamente a los del gremio, como cuando un director le dice: "Si no aceptas este papel, se lo ofrezco a Liberto Rabal" (que sustituyó a Sanz en Carne trémula por orden de Almodóvar). "Es un humor tenso, incómodo. Una sátira, frente al tono de autodefensa del cine español", describe Trueba. ¿Se lo tomarán bien? "Creo que la gente tiene sentido del humor. Y Jorge pone el listón más alto".
Sanz se ríe de sí mismo durante 180 minutos. "Yo era un hombre objeto ahora soy un objeto abandonado", suelta en una secuencia interior. Pese a la socarronería, sus palabras dejan un regusto agridulce. "Siempre ha destacado por el poco pudor, le pides lo que sea y no se arredra, le encanta el riesgo", elogia Maribel Verdú por teléfono. Ya era así el día que lo conoció, con 15 años, en El año de las luces, acompañados de sus madres. Sanz brillaba por su desparpajo. Hijo de militar, se estrenó en 1979 en La miel, junto a Jane Birkin. En 1982 encarnó al Schwarzenegger niño en Conan el bárbaro y en Valentina impresionó tanto a Vicente Aranda, que el realizador esperó a que creciera para rodar Si te dicen que caí (1989): "Le había visto mano a mano con Anthony Quinn y ganaba él", explica por teléfono desde Brasil.
En 1990 se había convertido en un ídolo. Premios, taquillazos, seguidoras: para un rodaje en Burgos necesitó escolta. Con el tiempo, dejan de lloverle papeles protagonistas; su nombre se va rezagando en los títulos de crédito. Y mejor no mirar con lupa la lista de sus últimas 15 películas (de un total de más de 70).
¿Qué le pasó a su carrera? Trueba se pronuncia: "Desde niño trabajó con los grandes: Fernán Gómez, López Vázquez Puede que ahora haya una desconfianza hacia él por ser un actor de otra época". Fernando Colomo, que lo dirigió en Rivales, razona: "No se sabe en qué papel colocarle. Está preparado para cambiar de registro, tiene dotes para la comedia y cae bien. Tenemos que olvidar que era un galán".
A Sanz nada de esto le quita el sueño. "El cine son altibajos siempre", dijo en una entrevista en 1990. Lo repite hoy. Todos los cómicos con los que coincidió (de Saza a Alexandre) lo sufrieron. Paco Rabal rodó películas de zombis para sobrevivir. Hasta su amiga del alma, Verdú, pasó una mala racha. Él no se presiona: "Resulta que otras muchas cosas me hacen disfrutar aún más". Se refiere a sus dos hijos (está separado de la actriz Paloma Gómez), a su casa en el campo, a las aficiones: "La prioridad no siempre es estar en la película puntera. Acabo de rodar en Cuba una peli sobre motos. No puedes imaginar lo que he disfrutado subido a una Harley Davidson antigua". En cambio, hace años pudo triunfar en una serie. "La rechacé porque su productor exigía un ritmo inhumano".
Sí, se ha hecho mayor. También en el buen sentido: ha madurado como intérprete. Pero en la trama ¿Qué fue de Jorge Sanz? se reconoce a ese que Maribel Verdú llama Tío George. La sonrisa de golfillo, la forma de girarse cuando se cruza con una chica de buen ver Y ojo a la lección que le da a su hijo ficticio: "Cuando te vistas de Superman, ponte un calcetín en el paquete". Vuelta a la pregunta: ¿realidad o ficción? El actor lo admite: "Quizá la gente, poco acostumbrada a este formato, me identifique con el personaje". ¿Eso le preocupa? "No. Estoy haciendo de un tipo perdedor, pero soy en realidad un ganador tengo una vida cojonuda". Si regresará a la pomada como hizo John Travolta con Pulp fiction, no parece importarle.
'¿Qué fue de Jorge Sanz?', serie dirigida por David Trueba, se emite en Canal + a partir del 12 de noviembre.
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