Universidad busca empresa
Los centros superiores captan un 9% de sus fondos de entidades privadas - Iniciativas como los Campus de Excelencia persiguen ampliar la colaboración
La rectora de la Universidad de Málaga visitó Corea del Sur en julio. Quería estrechar lazos con sus universidades pero también se acercó a sus empresas. Visitó la fábrica de Hyundai y la sede de energías renovables Green Pionner. El Gobierno de Cantabria acaba de recibir 70 millones de euros del Ministerio de Ciencia e Innovación para investigación y desarrollo de energías renovables, a la que podrán concurrir masivamente los grupos de investigación de la Universidad de Cantabria. Calculan que generarán más de 20.000 empleos e implicarán a casi 1.600 empresas de la región. La Universidad de Salamanca, el campus más antiguo de España, ha creado su propio negocio: un sistema de franquicias para enseñar castellano allí donde no llegue el Instituto Cervantes, que respalda su propuesta.
Bolonia obliga a los campus a preparar a sus alumnos para el mercado
La Politécnica de Madrid desarrolla más de 70 patentes al año
Son solo tres ejemplos recientes del giro de las universidades españolas hacia el mundo empresarial, en busca de investigaciones y proyectos rentables. La adaptación al proceso de Bolonia obliga a los campus a preparar a sus alumnos para el mercado. Y la competencia global empuja a los empresarios a generar innovación para ser mejores. Iniciativas como los Campus de Excelencia, el programa del Ministerio de Educación que acaba de fallar su segunda convocatoria, les ponen en contacto tras décadas de darse la espalda.
Dos tercios de la producción científica de España se realiza en las universidades, pero el impacto de la investigación le sitúa en el puesto 22 de los campus de los 52 países más productivos del mundo, según el reciente Ranking Internacional de Instituciones de Investigación. El 9% de la investigación universitaria (317 millones) se financia desde las empresas, según recoge el último informe de la Fundación CyD (Conocimiento y Desarrollo). El porcentaje supera la media europea (6,7%), pero está lejos de países como Alemania, que capta el 14,2% de fondos.
"La mentalidad de las universidades está cambiando. Ya no está mal visto colaborar con las empresas porque nos hemos dado cuenta de que no podemos hacer I+D por nuestra cuenta para luego intentar venderlo", explica Gonzalo León, vicerrector de Investigación de la Universidad Politécnica de Madrid.
Las politécnicas representan la avanzadilla en esta carrera tras décadas de colaboración. El propio vicerrector madrileño hizo su tesis doctoral en una empresa de telecomunicaciones hace casi 30 años. "Tenemos que convertir esta relación en algo natural y no en una excepción", argumenta. La Politécnica de Madrid firma más de mil proyectos con empresas y desarrolla más de 70 patentes al año. La Politécnica de Cataluña, con 40 patentes, pone a prueba en sus propias instalaciones los proyectos que desarrolla antes de patentarlos.
Otro foro de colaboración son los parques tecnológicos. España cuenta con 46 y otros 40 están en construcción, según el presidente de la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España, Felipe Romera. "Ha habido mucha esquizofrenia dentro de la Universidad para crear empresas pero el impulso de los rectores es cada vez mayor", considera Romera.
"Las Universidades creamos cada vez más estructuras para transferir nuestro conocimiento, pero necesitamos que los empresarios hagan el mismo recorrido", reclama Federico Gutiérrez Solana, presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE). "La empresa española tiene que despertar", según Rafael Rodrigo, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Rodrigo plantea dos cuestiones: "¿Cuántas empresas tienen oficinas de transferencia de conocimiento como las nuestras? Un tercio de los representantes del comité científico asesor del CSIC son empresarios. Y, ¿cuántos miembros del mundo universitario hay en las empresas?".
El director general de la Cámara de Comercio de Madrid, Miguel Garrido, admite que "aún no está extendida la representación universitaria en el mundo empresarial". Garrido considera "difícil que personas que no aporten patrimonio a una empresa puedan participar en la toma de decisiones". Pero sí puede haber "organismos intermedios". La Cámara, por ejemplo, ultima estos días un acuerdo con la CRUE para ahondar en esta relación. Y dispone de un organismo, la Fundación Universidad y Empresa, con representación paritaria. En su patronato, 15 empresarios toman decisiones codo con codo con 15 miembros de los campus.
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