Aguirre y el Gobierno
Que Esperanza Aguirre le desee suerte a Zapatero tras el duro ajuste ministerial acometido contrasta con el desprecio que ha utilizado Rajoy a la hora de calificarlo, aunque bien mirado y mejor interpretado, motivos tienen las dos argumentaciones. Por un lado, Aguirre no vería con malos ojos que Rajoy tuviera a Rubalcaba como contrincante en las elecciones de 2012; es más, en su fuero interno desearía que así fuera, dado que las probabilidades de perder de Rajoy serían muy altas y eso la pondría de facto, como heredera natural de la presidencia federal del PP y futura candidata a presidenta de Gobierno, de ahí que su subconsciente le haya traicionado, o no.
Por otro lado, Rajoy se ha desayunado un sapo importante, que no es otro que ver cómo le roban la cartera del protagonismo con un regate político, que ni el más avezado de sus colaboradores esperaba y cómo no, su discurso se ha quedado en lo mismo que lleva diciendo desde marzo de 2004, una dosis de nada con la coletilla del quítate tú pa ponerme yo. No me gustaría estar en el pellejo de Rajoy.
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