Los joyeros avisan de que sufren un robo cada dos días y piden mano dura
La exhibición de armas y el empleo de la violencia preocupan al sector
La muerte de un joyero en Sant Martí en un atraco a mano armada ha rebelado al sector, que denuncia un aumento notable de los robos violentos y pide mano dura contra los asaltantes. Mientras los Mossos d'Esquadra tratan de dar con los dos ladrones que el sábado apuñalaron al hombre, el Colegio Oficial de Joyeros, Orfebres, Relojeros y Gemólogos de Cataluña alerta de que cada dos días se comete un atraco o un robo con fuerza en Cataluña.
En un sector muy sensible en lo que toca a la seguridad, preocupan el uso de armas (blancas y de fuego) y la violencia empleada contra los joyeros. Su informe más reciente, que recoge los incidentes ocurridos hasta septiembre, revela que se han cometido 112 atracos y robos con fuerza en Cataluña, frente a los 80 del mismo periodo de 2009. Si se suman todos los incidentes (hurtos, estafas y robos a representantes), la cifra es de 220, frente a los 174 del año pasado.
"No hay reparación del daño" sufrido en los asaltos, dice Damià Matamala
El primer atraco violento de 2010 ocurrió la víspera de Reyes en una relojería del Carmel. Tres personas entraron en el local con una pistola y cascos, y se llevaron joyas por valor indeterminado. Como el sábado en Sant Martí, los autores también se dieron a la fuga en motocicleta. Ese mismo local del Carmel fue visitado de nuevo tres meses más tarde. Uno de los asaltantes golpeó al dueño con una pistola.
Los ladrones exhiben armas para intimidar al propietario y conseguir el botín de forma limpia y rápida. Pero, en ocasiones, el joyero se resiste. Aparece entonces la violencia, que puede ser brutal. El suceso más grave, que conmocionó a la opinión pública, ocurrió en 2005. Francisco Sánchez y su sobrino Juan Antonio Sánchez irrumpieron en la modesta joyería Royo, en el centro de Castelldefels. Salieron sin ningún botín, pero después de asesinar a machetazos al matrimonio que regentaba el negocio y al hijo de ambos.
Por el triple crimen, los autores fueron condenados a más de 50 años de cárcel. Pero no siempre llega la condena. El presidente del Colegio de Joyeros, Damià Matamala, exige un cambio del marco legal que permita acabar con la "sensación de impunidad" que, a su juicio, tienen algunos delincuentes cuando asaltan una joyería. Una impunidad que actúa como "efecto llamada" y que, a la postre, se refleja en las estadísticas de delitos en el sector, que no dejan de crecer.
"La actual redacción del Código Penal es absolutamente garantista para el delincuente y deja en una posición de debilidad a la víctima", precisa Matamala. El presidente admite que las peticiones de los joyeros se tuvieron en cuenta en la última reforma legislativa, pero añade que algunos delitos "quedan de facto despenalizados". Cita el caso de los atracos cometidos por extranjeros, porque "el Estado continuará proponiendo la conmutación de pena por la expulsión del país", según Matamala. Pero hay más. Llegado el día del juicio, dice, el ladrón "acaba declarándose insolvente", de modo que "no se produce una reparación del daño" hecho al joyero.
Eso siempre que la policía logre detenerle. Los Mossos d'Esquadra tratan de localizar a los dos autores del crimen de Sant Martí. Las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del establecimiento pueden ser un elemento clave en la investigación. Más allá de algunos vecinos que sí vieron la huida de los jóvenes en moto, no hay testigos directos de lo ocurrido en la joyería Guipúzcoa.
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