China cambia el rumbo económico para hacer frente al malestar social
El PCCh se reúne cuatro días para analizar la sucesión en la cúpula política
Presiones extranjeras para que revalúe el yuan. Peticiones internacionales de liberación del disidente chino encarcelado Liu Xiaobo, que el 8 de octubre fue galardonado con el Nobel de la Paz. Demandas de intelectuales y antiguos altos funcionarios del Partido Comunista para que inicie reformas democráticas y ponga fin a las restricciones a la libertad de información.
Pekín vive estos días uno de los ambientes políticos más agitados desde hace tiempo. Una situación cuyo efecto sobre el Gobierno es difícil de conocer en este país de arcanos políticos, pero que sin duda flotará sobre la reunión anual que ayer comenzaron los 300 miembros del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) en el más alto secreto. El cónclave, que durará hasta el lunes, discutirá el próximo Plan Quinquenal de desarrollo (2011-2015) y las medidas que se tomarán para disminuir las desigualdades sociales, que no cesan de crecer a pesar de que las autoridades fijaron su reducción como prioridad hace años y que han generado malestar social, con huelgas en los últimos meses en algunas empresas extranjeras instaladas en China para pedir mejoras salariales. Se prevé que el plan continúe las políticas en vigor para impulsar el consumo interno, depender menos de las exportaciones y ampliar la red de cobertura social.
Pekín impulsará el consumo interno para reducir el peso de las exportaciones
Las demandas de más libertades se han intensificado tras el Nobel a Liu
El encuentro abre también una fase delicada para el reajuste de la economía y la sucesión en la cúpula del partido. A principios de 2013, el presidente, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, deberán ceder el cargo a sus previstos -aunque no designados- sucesores, el actual vicepresidente, Xi Jinping, y el viceprimer ministro, Li Keqiang, respectivamente. Si Xi Jinping es nombrado vicepresidente de la poderosa Comisión Militar Central, liderada por Hu, significará que su camino hacia la jefatura está bien trazado.
No está claro si en la reunión se abordarán reformas políticas, pese a las expectativas creadas por las recientes declaraciones de Wen Jiabao, que ha dicho que las peticiones de "democracia y libertad se harán irresistibles".
El verdadero protagonista de la reunión este año es el término "crecimiento inclusivo", un concepto esgrimido por Hu Jintao y que, según la prensa oficial, quiere decir "extender los beneficios de la globalización económica y el desarrollo entre todos los países, regiones y pueblos, con objeto de lograr un progreso económico y social equilibrado mediante un desarrollo sostenible". Es decir, reducir las tremendas desigualdades sociales y problemas medioambientales creados por el progreso en las tres últimas décadas.
Para ello, hará falta "restringir los grupos de intereses creados y hacer cumplir la ley", según investigadores y diputados citados por los medios de comunicación chinos, que afirman que "si no se resuelve el problema de las disparidades de ingresos, se producirán disturbios sociales". El Comité Central también tratará cómo mejorar la supervisión del ejercicio de poder y la transparencia del Gobierno, lo que implica mejorar el derecho a la libertad de expresión, según aseguran.
Las demandas de más libertades se han intensificado tras la concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo. El viernes pasado, más de un centenar de académicos, activistas y abogados firmaron una carta en la que piden democracia y la liberación de Liu y otros prisioneros de conciencia y políticos. En una petición diferente, 23 antiguos funcionarios del partido y responsables de medios de comunicación oficiales han dirigido una carta abierta al Gobierno en la que demandan libertad de información.
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