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Repsol se alía con la china Sinopec para explotar sus pozos en Brasil

El grupo estatal chino tendrá el 40% de la filial brasileña al desembolsar 5.200 millones - Los activos de la española en el país se valoran en 7.830 millones

La petrolera Repsol YPF, necesitada de al menos 6.700 millones de euros para financiar en la próxima década la extracción del petróleo que ha descubierto en aguas de Brasil, ha encontrado socio ideal. Su media naranja para los negocios en la zona, según comunicó ayer a las autoridades bursátiles, será Sinopec, la primera petrolera y petroquímica de China, que desembolsará 7.100 millones de dólares (5.200 millones de euros) para suscribir íntegramente una ampliación de capital de Repsol Brasil y controlar así el 40% de la sociedad. Repsol YPF controlará el 60%, aunque el nuevo socio tendrá derecho de veto en determinadas decisiones.

La operación supone valorar los activos de la filial brasileña de Repsol en 10.664 millones de dólares (7.830 millones de euros) y dará lugar, según subrayó la petrolera que preside Antonio Brufau, a una de las mayores compañías energéticas privadas de América Latina, con un valor de 17.773 millones de dólares (13.053 millones de euros). La cifra no está nada mal si se tiene en cuenta que el valor en Bolsa de Repsol YPF, a día de ayer, era de 24.307 millones de euros.

La nueva sociedad se valora en 13.000 millones. Repsol vale en Bolsa 24.000
Brufau dijo en 2009 que la petrolera necesitaba 6.700 millones para Brasil
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El acuerdo, negociado en tres grandes capitales (Nueva York, Brasilia y Hong Kong), supone el encaje de dos piezas que apenas necesitan ajuste. La antigua China Petroleum and Chemical Corporation (ahora Sinopec Corp), controlada en más de tres cuartas partes por el Estado chino, tiene, como todas sus hermanas menores, una prioridad: encontrar a través del globo los recursos básicos necesarios para alimentar la ingente locomotora económica china. Brasil, con los enormes hallazgos realizados en los últimos años en sus aguas territoriales, era un objetivo obvio. Y Repsol YPF, la tercera empresa de Brasil en derechos para explorar en aguas profundas (offshore), así como en producción de petróleo y gas, es un socio casi ideal, con mercancía que vender y necesidad de dinero para sus planes.

Con la operación, Repsol YPF certifica que ha encontrado en Brasil una ventana abierta al futuro. Podrá cubrir con el dinero fresco que aporta el socio chino la totalidad de la inversión necesaria para rentabilizar los descubrimientos realizados en los últimos tres años. En 2009, fue el propio presiente de la petrolera, Antonio Brufau, quien cifró en al menos 6.700 millones de euros el dinero necesario para desarrollar los proyectos brasileños en los próximos 10 o 12 años.

La compañía cuenta con derechos mineros en bloques de las principales cuencas exploratorias brasileñas, Cuenca de Campos, Santos y Espírito Santo, y tiene un 10% del gran campo Albacora Leste, que permitió la autosuficiencia energética a Brasil. Hace apenas un año, Repsol YPF barajaba tres opciones, sacar a Bolsa la filial, aliarse con Petrobras, algo que descartó la petrolera estatal brasileña, o incorporar a un socio. La opción elegida, tras una negociación "maratoniana", que incluyó contactos al más alto nivel en la reciente Cumbre del Milenio celebrada en la ONU, según la describen fuentes de la petrolera, ha sido la de un socio que suma, pero que no ata. En el comunicado hecho público ayer se subraya que "Repsol y Sinopec continuarán con sus planes de expansión en Brasil y participarán, conjuntamente o por separado, en futuras rondas de licitación [de derechos exploratorios] en el país".

El acuerdo de Repsol YPF y Sinopec, que no supondrá la entrada de capital chino en la compañía matriz, según precisaron en la petrolera, confirma a Brasil como uno de los espacios económicos más prometedores y activos. La reciente operación realizada por Petrobras, que cerró con éxito una ampliación de capital de 50.000 millones de euros, la mayor realizada en el mundo por una empresa, es una buena muestra del interés que despierta el país, sus recursos y sus compañías, en los inversores de todo el mundo. En ese marco, la apuesta que hizo en su momento Repsol YPF ha dado buenos frutos.

En Repsol YPF, la satisfacción, ayer, era palpable. En el comunicado oficial, su presidente, Antonio Brufau, se declaraba "encantado de compartir el desarrollo de los proyectos con un socio de reconocido prestigio en el sector como Sinopec". El director de Operaciones, Miguel Martínez, puso más adjetivos a la operación en declaraciones a CNN+. "Es una operación grande y buena, y de alguna forma se reconoce el trabajo de mucha gente durante muchos años. En definitiva, es una buena transacción", sostuvo Martínez, quien recordó que Sinopec es, junto a CNPC y CNOOC, una de las tres grandes petroleras chinas, con capacidad para procesar cuatro millones de barriles al día.

La satisfacción se extendió a los accionistas de la compañía. Los títulos de Repsol YPF cerraron ayer a 19,83 euros, con una subida del 4,95%, tras conocerse el importe de la operación, que valora los activos en Brasil por encima de lo que se barajó -en torno a 6.000 millones de dólares- para una posible salida a Bolsa. Para el principal accionista, Sacyr Vallehermoso, que controla un 20% de la petrolera, la satisfacción fue triple: por la subida del día; por la culminación de una operación para obtener efectivo que ya reclamó en 2009 y que dio lugar a roces entre el presidente del grupo constructor, Luis del Rivero con Brufau, y por el aumento de valor de las propias acciones de Sacyr, que subieron un 12,98% y cerraron en 4,96 euros.

Plataforma petrolífera de Repsol en aguas de Brasil.
Plataforma petrolífera de Repsol en aguas de Brasil.

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