La resurrección de un icono
Creado por Osamu Tezuka en 1951 en las páginas de Shonen Magazine, Astro Boy es un personaje fundacional en la forja de una nueva identidad en la cultura popular japonesa. Respuesta preciberpunk al Pinocho de Collodi, Astro Boy despegó hacia el firmamento de una festiva épica pulp partiendo de una idea muy negra: el personaje era el sucedáneo robótico de un niño muerto. Protagonizó una serie televisiva de imagen real y un largometraje confeccionado a partir del montaje de varios de sus episodios, antes de convertirse en el héroe de la primera serie televisiva con personaje fijo y continuidad narrativa: la serie, que contó con cuatro temporadas (1963-1966), permitió a Tezuka establecer las bases de esa animación limitada que cristalizaría como seña identitaria del anime y que fue el argumento económico determinante para que Fuji TV diese luz verde al proyecto.
ASTRO-BOY
Dirección: David Bowers.
Dibujos Animados.
Género: ciencia-ficción. Hong Kong-Japón-EE UU; 2009.
Duración: 94 minutos.
Quizá sea una contradicción que Astro Boy regrese como impecable personaje de síntesis cuando su nacimiento fue el que canonizó la estética, aparentemente esquemática, de un anime que, a partir de ahí, levantaría su amplio vocabulario de recursos expresivos. Con todo, Astro Boy supone una más que gratificante sorpresa: una reactivación de la mitología que respeta las fuentes, al tiempo que intenta adaptar la esencia del personaje a las nuevas exigencias espectaculares de la animación digital. La película respeta los diseños originales en sus personajes emblemáticos: quizá cabe reprocharle que no aplique el mismo tratamiento estilístico a sus nuevas creaciones, aunque el acierto de algunas caracterizaciones cómicas aporta otro tipo de gratificaciones.
Tras relatar el origen de Astro Boy, la película lo lanza al centro de una aventura con ecos de Inteligencia artificial (2001) de Steven Spielberg, referencia pertinente donde las haya en este espectáculo que concilia humor, acción y denso sustrato dramático.
Babelia
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