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Reportaje:

Salvar la imagen de un castillo

La Junta amplía la delimitación del espacio protegido de La Calahorra

La sobria mole de carácter militar que ofrece como imagen exterior el Castillo de La Calahorra (Granada), declarado monumento histórico artístico en 1922, está a salvo. La Junta ha ampliado la protección de su entorno. Las llanuras situadas al oeste y norte del cerro en el que se asienta y los restos de la fortaleza andalusí del siglo XV anterior a la construcción del palacio están, así, protegidos por la Consejería de Cultura. Cualquier intervención deberá contar a partir de ahora con su visto bueno.

El fin es preservar el patrimonio. El castillo, que se puede ver desde la principal arteria andaluza, la A-92, es emblema de La Calahorra y también imagen promocional de la Junta. Su protección, explica la delegada del Gobierno en Granada, María José Sánchez, se hace como "garantía de futuro". El aspecto exterior del edificio puede inducir a engaño puesto que su interior es muy distinto. Construido a principios del siglo XVI, fue pionero en la introducción del estilo renacentista en la arquitectura civil española.

El monumento fue pionero en la introducción del estilo renacentista
La fortaleza granadina pertenece a la Casa Ducal del Infantado

Su situación permite controlar el principal punto de comunicación entre Granada, Guadix y Almería, las cercanas minas de Alquife, y las huertas y ramblas que otorgaban riqueza al mayorazgo. Por eso Rodrigo de Mendoza elige ese enclave. Cualquier agresión o alteración de este paisaje repercutiría en la degradación de la contemplación, apreciación y valores patrimoniales del bien. La ampliación de la delimitación afecta a todos los espacios públicos y privados, las parcelas, inmuebles y elementos ubicados dentro del área protegida.

El polígono comprende las llanuras del oeste y norte del castillo y deja en segundo plano las zonas sur y este, que, además de tener un alto grado de transformación y degradación cultural y paisajística, no tienen las mismas posibilidades de visualización. La percepción del bien en el sur y este se realiza entre las dos principales arterias del núcleo, la avenida del Marquesado y la carretera 337, ambas incluidas en el entorno.

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El "recelo" con el que recibieron los vecinos la noticia se va poco a poco disipando, explica el alcalde, José Gregorio Aguilera, que ve la iniciativa como un "punto de inicio" para el desarrollo turístico y cultural del municipio, que cuenta con una población de aproximadamente 800 habitantes. "La protección no va a limitar sus derechos, sino a garantizarlos", apunta el delegado de Cultura, Pedro Benzal, que se reunió ayer con los técnicos de la Delegación y los propios afectados.

Mejorar el acceso al castillo y la iluminación son dos de los proyectos presentados por el grupo de desarrollo sostenible del altiplano granadino. Un camino, ni siquiera asfaltado en su totalidad, da acceso a la fortaleza que permanece en manos privadas tras las frustradas intentonas de la Administración autonómica por comprarlo. En 2008 desistió la Junta de ese empeño, ya que los actuales propietarios le pedían unos 13 millones de euros. Como su estado de conservación es bueno, según Cultura, y la visita, aunque concertada y no a diario, se puede realizar, no es "prioridad" de la Administración adquirirlo. Mucho menos en la situación económica actual.

Rodrigo de Mendoza y María de Fonseca lo habitaron sólo ocho años. Sus hijas lo heredaron y recobró protagonismo durante la guerra de los moriscos (1568-1571), especialmente violenta en el Marquesado del Zenete. Sirvió de refugio a los proclamados cristianos viejos y acuartelamiento del marqués de Mondéjar. Posteriormente fue abandonado durante siglos, hasta que a principios del siglo XX estuvo a punto de ser vendido y trasladado a Estados Unidos antes de pasar a su actual propietario, la Casa Ducal del Infantado.

Hay numerosos elementos fuera de su ubicación, pero aunque los duques del Infantado no lo han convertido en residencia, lo mantienen en buen estado de conservación y abierto a la visita pública, si bien el municipio no se beneficia directamente de su presencia.

Una vista del pueblo de La Calahorra con su castillo al fondo.
Una vista del pueblo de La Calahorra con su castillo al fondo.M. ZARZA

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