El autobús andaluz de la uva

Antonio Domingo, Encarnita Martínez y la hija de ambos, Ana Belén, de 19 años, se subieron ayer a las 11.00 al autobús en su pueblo natal, Montejícar (Granada), y hasta hoy al mediodía no llegarán a su destino, en los campos de viñedos del sudeste francés. Más de 24 penosas horas de viaje en busca del empleo que no tienen en su tierra, sobre todo después de que Antonio se quedara parado en la construcción y tuviera que volver a la vendimia una década después. "Lo que más temo es el viaje tan largo", comenta José Valdivia, casi 40 años de vendimiador a sus espaldas y que, como capataz, comanda la cuadrilla de 10 jornaleros de Montejícar y Piñar con dirección a Ramatuelle, muy cerca de Saint-Tropez.

Cada persona ganará unos 1.800 euros como media en el país galo

Dos autobuses con 108 vendimiadores andaluces partieron ayer desde Bailén (Jaén) en el que es uno de los primeros desplazamientos masivos hacia Francia. La meteorología de la pasada primavera ha retrasado unas semanas el inicio de la campaña, pero eso no impedirá que algo más de 10.000 andaluces (el 71% del total nacional) se desplacen este año al país galo. Trabajarán entre 25 y 35 días y cada uno de ellos estima que se traerá unos 1.800 euros como media. "Es lo que hay, aquí solo nos queda el subsidio y no todo el año", se justifica Antonio Domingo, mientras acaba con su bocadillo de jamón en la parada de Bailén.

Los sindicatos estiman que la cifra de vendimiadores andaluces crecerá este año en unos 500, y si no lo hace más es porque la mano de obra se ha reducido debido a la mecanización de los viñedos y la competencia de temporeros de los países del Este. Con todo, el aspecto salarial sigue siendo un estímulo. El sueldo por hora de los porteadores en Francia es de 9,82 euros, frente a los 5,30 euros de media en el campo español. "Claro que vale la pena, sobre todo si van varios miembros de la familia", apunta Antonio García, que, junto a su mujer y su hijo de 19 años, viaja desde Alcalá del Valle (Cádiz) hacia Perpiñán.

Temporeros profesionales se puede considerar a Victoriano León y María Isabel Millán, de Fuentes de Andalucía (Sevilla). Hace poco más de un mes que regresaron de Francia de trabajar en la campaña de arreglo de los viñedos y en la cereza y ahora vuelven al mismo tajo para la recolección. ¿Y después? "Llevo 24 años desplazándome a Jaén para la campaña de la aceituna", señala María Isabel.

Y mientras, como el que no quiere la cosa, José Torralbo, propietario de la flota de autobuses oficiales, recuerda que ya son 38 años llevando vendimiadores a Francia. "Empecé con un taxi y llegué a ser transportista oficial de la oficina de inmigración francesa", enfatiza mientras alerta del efecto nocivo de las líneas piratas que siguen transportando a temporeros. En todo caso, unos y otros, son los autocares del empleo, aunque esté a más de 1.000 kilómetros.