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Días de diversión

Sudó hasta Marijaia

Miles de bilbaínos celebran y resisten uno de los inicios de fiesta más sofocantes

El ambiente se hallaba más que caldeado. Hervía. Bilbao abrió ayer la Aste Nagusia en uno de los arranques de sus fiestas más calurosos de los últimos años, por encima de los 34 grados. Entre los miles de asistentes a la ceremonia festiva y ciudadana de la plaza del Arriaga había de todo, desde parejas con niños pequeños hasta personas de avanzada edad, pero quienes más se hicieron notar fueron las cuadrillas de jóvenes cargadas, otro año más, con docenas de huevos y varios kilos de harina. Una amalgama de estos ingredientes bien regada de cava, kalimotxo, cerveza y hasta salsa de tomate cubrió por cielo y tierra las inmediaciones del teatro. Y todo ello pese a que el Ayuntamiento instó de nuevo, días atrás, a los ciudadanos para que fomentasen un txupin limpio y anunció que premiaría a quienes promovieran la pulcritud.

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El angustioso bochorno dibujó un paisaje de camisetas empapadas por el alcohol y el sudor mientras se sucedían los ataques de sed, que la mayoría aplacaba bebiendo espumoso a morro.

Entre algunos carteles antitaurinos, un grupo de personas ataviadas con pañuelos negros -las comparsas anunciaron que utilizarían ese color en protesta por la sanción impuesta a las comparsas Kaskagorri y Txori Barrote por exhibir durante las pasadas fiestas carteles de etarras- mostraron fotos de presos de ETA y pancartas que reclamaban su acercamiento, la amnistía y la independencia.

El pregonero, Isidro Elezgarai, responsable de Relaciones Externas de Caja Laboral, citó en su intrevención a Martin Luther King, a Obama, a Unamuno y a Aresti, y criticó la avaricia que "ha roto el mundo" y provocado la crisis. Animó en euskera y castellano a los bilbaínos "a soñar y trabajar para construir desde nuestras diferencias un mundo nuevo". Pidió "a la Amatxo de Begoña que las fiestas sean un espacio de libertad y convivencia". Elezgarai, que pronunció su emotivo pregón entre algunos pitidos, solicitó a los bilbaínos que refuercen sus valores distintivos, como la tolerancia o el respeto.

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Al término de su intervención y antes de que Marijaia saliera a saludar a los presentes, la txupinera, Aratz Irazabal, de la comparsa Txinbotarrak, encendió la mecha del cohete y con su estallido comenzó oficialmente una fiesta que se prolongará hasta el próximo domingo.

El pregonero, Isidro Elezgarai, y la <b><i>txupinera</b></i>, Aratz Irazabal, saludan al público junto a Marijaia en el arranque de la Aste Nagusia.
El pregonero, Isidro Elezgarai, y la txupinera, Aratz Irazabal, saludan al público junto a Marijaia en el arranque de la Aste Nagusia.LUIS ALBERTO GARCÍA

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