Blanco admite que el recorte de obra pública anunciado era "excesivo"

Dos ministros protagonizaron ayer el viejo juego del poli bueno y el poli malo. La responsable de Economía reconoció que el año próximo habrá un poco más de dinero para infraestructuras. Pero, en su papel de centinela del rigor fiscal, Elena Salgado se esforzó en resaltar que el Ejecutivo mantiene los objetivos de déficit intactos. Y que el coste de las obras salvadas del ajuste no será significativo. En el extremo más lejano que cabe dentro de un mismo Gobierno, el ministro de Fomento, José Blanco, reconoció que el recorte de 6.400 millones en obra pública en dos años era "excesivo" y que se retomarán proyectos "importantes".

En un claro intento de calmar a unos mercados que habían castigado el discurso del día anterior del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, Salgado restó importancia al anuncio de que el Gobierno retomaría obras aplazadas por el recorte del gasto. Sus palabras se podrían interpretar como una forma de rebajar las expectativas creadas el día anterior por Zapatero. Pero a las pocas horas de que la vicepresidenta hiciera estas declaraciones, el ministro de Fomento, José Blanco, compareció para ahondar en la idea esbozada por el presidente de que hay dinero suficiente como para restablecer obras importantes.

El Gobierno confía en tener más dinero para obras por la mejora financiera

Blanco no hizo solo un esbozo de autocrítica al admitir que el plan de recorte de 6.400 millones anunciado por él mismo el pasado mayo en el Congreso de los Diputados era "excesivo" y afectaba a obras "singulares e importantes". También aseguró que algunas "actuaciones importantes" podrán ponerse en marcha. Fomento pospone hasta la primera quincena de septiembre los detalles sobre el coste de las obras que serán indultadas, pero fuentes conocedoras de las negociaciones estiman que será de varios cientos de millones de euros.

"En 10 o 15 días daremos un cierto alivio a las comunidades autónomas y un empujón a las constructoras", dijo Zapatero el martes en Palma de Mallorca. Nada más salir estas palabras de su boca, el riesgo país de España aumentó hasta su máximo desde la publicación de las pruebas de resistencia a la banca europea.

Diversos analistas atribuyeron este repunte al temor a que el Gobierno relaje las condiciones del durísimo plan de ajuste de las cuentas públicas. No comparte este análisis Salgado. En declaraciones a Europa Press, la vicepresidenta achacó el incremento de la prima de riesgo a las noticias "negativas" sobre el sector financiero en Irlanda, a la menor rentabilidad de la deuda alemana y a la escasa liquidez propia de agosto.

Además, la ministra aclaró que el coste de las infraestructuras que Fomento retomará en 2011 no será "especialmente significativo" y que no afectará al objetivo de déficit del próximo año, que se mantiene en el 6% del producto interior bruto (PIB) para el conjunto de las administraciones públicas. Salgado considera que la tranquilidad en los mercados financieros de las últimas semanas permite al Gobierno recuperar alguna de las obras suspendidas. "Si se reduce el coste de nuestra deuda, tenemos un pequeño margen", explicó.

No fue esta la única matización de la vicepresidenta al discurso del día anterior del jefe del Ejecutivo. Zapatero anunció que los datos de crecimiento del tercer trimestre del año no serán "tan buenos", como los del segundo. Si se tiene en cuenta que el PIB creció entonces un 0,2%, se deduce que el presidente insinuó que España podría crecer muy poco o incluso caer en la recesión en la segunda mitad del año.

Pero Salgado no cree que vaya a volver la recesión. Según dijo ayer, el Gobierno no contempla ningún trimestre negativo para este año. La ministra atribuye el previsible menor crecimiento de la economía entre julio y septiembre al anticipo de las compras por el aumento del IVA, a la retirada de estímulos públicos y al plan de austeridad.