"Quiero saber por qué no puedo estudiar lo que quiero"

Lo de David Martínez Jiménez, de 22 años, es una notaza. Ha acabado formación profesional con una puntuación de 9,4. El año pasado hubiera podido elegir su carrera preferida, Medicina, pero por desgracia ahora se ha quedado a las puertas. "Quiero una respuesta racional y plausible de por qué no puedo entrar", se lamenta. La explicación radica en los nuevos criterios que rigen la selectividad y en la eliminación de los cupos, de entre el 7% y el 30%, reservados para estudiantes de ciclos formativos, la antigua Formación Profesional (FP).

Este año estos estudiantes compiten con los de bachillerato por las mismas plazas, con el inconveniente de que los procedentes del bachillerato han podido obtener cuatro puntos adicionales con exámenes optativos. Los de Formación Profesional, en cambio, solo pueden sumar dos puntos extras, con las mejores notas de su expediente. Así, un alumno de bachillerato con un 10 de nota media obtendría un 14 después de subir nota. Por el contrario, un alumno sobresaliente de Formación Profesional, únicamente un 12. Las universidades catalanas han decidido que solo puedan ser dos puntos, en lugar de cuatro.

La ley de la oferta y la demanda ha provocado que algunas carreras hayan quedado fuera del alcance de estudiantes de FP. Como Medicina (12,040 en la Universidad de Barcelona y 11,976 en la Universidad Autónoma de Barcelona), Física y Matemáticas (12,378 en la Autónoma) e Ingeniería en Tecnologías Aeroespaciales (12,114 en la Politécnica).

"Me he pasado dos años trabajando y estudiando con la única intención de acceder a Medicina", se queja David, que vive en Igualada. En junio se enteró de que había obtenido un 9,4, nota que, como descubrió en Internet, era insuficiente. "He vivido una desinformación total".

Un portavoz del Ministerio de Educación asegura que "en todos los cambios se genera algún desajuste", pero insiste en que el nuevo modelo favorece a los alumnos de FP porque elimina los cupos.

El joven ha recurrido al Síndic de Greuges, al Defensor del Pueblo, al ministerio, al Departamento de Educación... Su última esperanza es que en las segundas listas, que se presentan mañana, varios estudiantes hayan renunciado a estudiar Medicina en la Autónoma y la nota haya bajado a 11,04, la suya. "Pero lo veo difícil", reconoce.

Si no, deberá esperar al año que viene, cuando el ministerio prevé convocar exámenes específicos para los ciclos formativos, lo que les permitiría competir en igualdad de condiciones.