El rodaje de una lista
Las primeras impresiones no siempre dan en el clavo. Un vistazo rápido a la lista podría concluir que nos encanta la comedia: aparecen dos (y media, contando con El Verdugo) entre las cinco primeras películas. Pero no nos precipitemos. Del total de 100, apenas 18 pertenecen al género del humor. Triunfa el drama, con 50 filmes.
Segunda evidencia: el cariz español de la lista. ¿Cómo entender, si no, que El tercer hombre aparezca detrás de Átame? Con otros votantes, ¿habría 16 producciones nacionales en el top 100? Seguramente se mantendría Buñuel, que sitúa cuatro obras maestras en este ranking. Le sigue Berlanga, con tres. Menos que Almodóvar (cuatro), pero mejor clasificadas. Por cierto, del manchego se quedan fuera las exitosas Todo sobre mi madre y Mujeres al borde de un ataque de nervios, igual que de Fernando Trueba, Belle époque, en beneficio de La niña de tus ojos.
Otra conclusión: casi la mitad de las películas que han marcado a los 100 participantes se rodaron en los años cincuenta y sesenta. Una época gloriosa; los cuarenta solo aportan 10 títulos, por detrás de los prolíficos setenta, e incluso (¡quién lo iba a decir!), de los ochenta. En cuanto a las dos últimas décadas, la escasez de ejemplos la explica el realizador José Luis Alcaine: "Este cine actual se tiene que sedimentar antes de formar parte de una selección".
La hegemonía de los dramas va en detrimento del cine de género: solo dos musicales (Cabaret y Cantando bajo la lluvia), seis westerns, casi nada de fantástico, documental, aventuras o terror. Por no hablar de la animación: ni una sola cinta, y eso que José Luis Borau se acordó de Blancanieves.
Tampoco abunda el cine negro; con la salvedad, claro está, de El Padrino. El dominio de la saga de Coppola es tan apabullante que aparece por triplicado: la primera, en el número uno; El Padrino II, en el 33º, y en el 25º, la trilogía: algunos, como Leonor Watling o Leonardo Sbaraglia, consideran las tres partes como un conjunto indivisible.
Frente a una aplastante mayoría de filmes estadounidenses, la representación de toda Latinoamérica se limita a Ciudad de Dios (Brasil). También falta cine asiático. ¿Y Francia? Aparte de Jean Renoir, tres de las obras fundacionales de la nouvelle vague: Pickpocket, Al final de la escapada y Los 400 golpes. Truffaut, por cierto, estará contento del puesto que ocupa: el 27º, justo al lado de su idolatrado Hitchcock.
Siguiendo con los directores, la palma se la lleva Billy Wilder. Dos de sus obras, entre las cinco mejores; y tres, en el top 11º. John Ford le supera en número, con siete, pero la primera, Pasión de los fuertes, no asoma hasta el puesto 53º. ¿Por delante de Centauros del desierto? Pues sí, tan inesperado como la posición de Casablanca, rezagada en el 23º. Justo antes que Noche de estreno, una de las ¡tres películas! de John Cassavetes en este listado. El norteamericano (favorito de Alberto San Juan) coloca más filmes que Kurosawa, Woody Allen o Spielberg. Y que el mismísimo Howard Hawks, al que le salva Río Bravo, y por los pelos (puesto 96º).
A otros les fue peor: entre los ilustres ausentes, Griffith, Fritz Lang, Rossellini, Wyler, Peckinpah o Eastwood. No se puede quejar Fellini, cercano a los puestos de honor, ni tampoco Chaplin o Scorsese. Todos, nombres masculinos: ni una directora. Admitiendo que las mujeres participantes estaban en minoría, tampoco ellas apostaron por realizadoras.
Este tipo de listados suele propiciar respuestas caprichosas, al estilo de Orson Welles cuando dijo que sus tres directores predilectos eran "John Ford, John Ford, John Ford". Esta vez ha habido pocas extravagancias. Y casi siempre disculpables, como que José Luis García Sánchez vote un largometraje de su hijo (Vete de mí), y Verónica Forqué, de su padre (Atraco a las tres).
Vayamos a la letra pequeña. Tiene sentido que un director de fotografía como Javier Aguirresarobe escoja Ciudadano Kane. Y que el montador Nacho Ruiz Capillas admire Múnich. Nada que objetar a que José Luis Garci se refugie en su amado Hollywood clásico, ni a que Ana Belén o Jorge Sanz defiendan el producto nacional. Sorprende que José Corbacho solo mencione dos comedias, o que la preferida de Jaime Rosales sea Johnny Guitar. Y si la sinceridad de J. A. Bayona queda fuera de duda (número uno, Superman), da la sensación de que Amenábar no se moja: optó por un escrupuloso orden alfabético.
Llegar hasta aquí no fue tan fácil como parece. Hubo negativas, insistencias, esperas. Y todo tipo de quejas. Las dos más habituales: "Una tortura" -Imanol Uribe-; "Se me ocurren otras 10 listas" -Emilio Martínez Lázaro.
Y eso que solo había que elegir 10 películas y puntuar: 10 a la favorita, 9, 8 hasta llegar a la última, con 1 punto. Luego vino el recuento, sumar, ordenar. En caso de empate entre varias, va primero la que reciba más dieces (o, en su defecto, más nueves, ochos ). Si aun así se mantiene el empate, gana aquella a la que haya votado más gente. En última instancia, orden alfabético.
Aquí tenemos, al fin, los resultados. Ya pueden mirarlos con lupa, comentar, debatir. Discutir hasta hartarse. Por suerte, llegar a un acuerdo es imposible.
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