La crisis y el recorte del Estatuto arrastran al PSC a su mínimo histórico

La crisis económica, los avatares del Estatuto y la inestabilidad interna han sido demasiado para el tripartito y en especial para su socio mayoritario, el Partit dels Socialistes de Catalunya. El barómetro de opinión trimestral de la Generalitat dio ayer la puntilla, al menos a nivel demoscópico, a los partidos que integran el actual gobierno catalán, de los que solo Iniciativa sale mínimamente bien parada. Si las elecciones catalanas se celebraran hoy el PSC podría recolectar su mínimo histórico, con apenas el 14,2% de intención directa de voto. Convergència i Unió es la otra cara de la moneda y sigue ganando posiciones (25,3%) favorecida por un clima de malestar y de crecimiento histórico del independentismo que, sin embargo, no beneficia a Esquerra Republicana. Los de Joan Puigcercós siguen cayendo en intención de voto y se quedan con el 6%. De trasladarse este escenario a las urnas el tripartito tiene los días contados.

El PSC es el que más sufre la erosión de una encuesta realizada justo después de publicarse el fallo del Estatuto por parte del Tribunal Constitucional. La distancia de CiU sobre el PSC es la más alta de toda la legislatura, 11 puntos, y todos los indicadores son favorables a los nacionalistas. Así, Convergència i Unió es el partido que mejor capacitado ven los catalanes para resolver los problemas que tiene planteados Cataluña y, por primera vez, es el partido que más "simpatía" despierta. El vía crucis del PSC no se limita a las elecciones autonómicas. La crisis económica se antoja también como la responsable de que la intención de voto directo del PSC caiga en picado con vistas a unas eventuales elecciones generales. Los socialistas seguirían ganando en Cataluña pero su diferencia sobre CiU se vería seriamente recortada.

La caída del PSC se refleja también en la valoración de líderes. José Montilla suspende tras lograr un aprobado justo en los últimos sondeos. La ministra de Defensa, Carme Chacón también suspende por primera vez. Josep Antoni Duran Lleida y Artur Mas, ambos de CiU, siguen siendo los políticos mejor valorados y los únicos que aprueban.

Si los socialistas catalanes valoraron los ya negativos resultados del anterior barómetro por tratarse de una encuesta hecha justo tras la nevada que aisló en marzo buena parte de Cataluña, ayer se agarraron al elevado nivel de indecisos para decir que "todo está abierto" con vistas a las elecciones de otoño. Efectivamente, el nivel de desencanto de los ciudadanos con la política es tan elevado que una parte importante no han decidido si votarán o no. Concretamente, el 22% del electorado no ha decidido si irá o no a votar en otoño. También destaca el elevado volumen de voto en blanco declarado, que asciende al 7% y sería la tercera fuerza política en caso de contabilizar como partido.

Esquerra Republicana no logra capitalizar el auge independentista tras la sentencia del Tribunal Constitucional. Todo lo contrario. Hoy el 24% de los catalanes dicen querer la independencia, tres puntos más que en el barómetro de hace tres meses.Se trata de un récord absoluto que coincide, sin embargo, con las horas más bajas de Esquerra Republicana. La formación de Joan Puigcercós solo obtiene el 6% del voto directo estimado, seis décimas menos que hace tres meses.

El sentimiento independentista crece y en contraste disminuye el número de ciudadanos que creen que Cataluña debería ser una comunidad autónoma (33,3%) o pertenecer a un estado federal (24,3%). El 61,8% de los encuestados opina que Cataluña tiene un nivel "insuficiente" de autonomía, y los ciudadanos califican globalmente con un suspenso a los políticos catalanes (un 4,47 sobre 10).

La situación política posterior a la sentencia del Tribunal Constitucional también se refleja en la lista de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Los dos grandes quebraderos de cabeza siguen siendo la crisis económica y el paro, sin embargo, la irritación por la sentencia del Estatuto se vislumbra al situar los ciudadanos como tercera preocupación la situación política y las relaciones entre Cataluña y España. El auge de estas preocupaciones deja en un tercer plano otras inquietudes habituales como la inseguridad ciudadana o la inmigración, que pierden fuelle.

Al preguntarse a los ciudadanos qué partido puede afrontar mejor estas dificultades aparece de nuevo el descontento. Un abrumador 43% de los encuestados responde "ninguno" y otro 20% no lo sabe. Pese a todo, Convergència i Unió es una vez más el partido mejor parado, con un 15% de las respuestas, seguido por el PSC con un 7,6%.

Destaca también el pesimismo de los catalanes por la situación económica actual y futura. Para el 70% de los ciudadanos la situación económica es peor que hace un año y un tercio de los encuestados cree que todavía va a empeorar más. Otro tercio cree que mejorará y otro tercio piensa que se quedará igual.

En esta encuesta, la última de la Generalitat antes de que José Montilla convoque las elecciones de otoño, todavía no se recoge la candidatura presentada por el ex presidente del Futbol Club Barcelona, Joan Laporta. Sí aparece la intención de voto a Reagrupament, la plataforma independentista que encabeza el ex consejero Joan Carretero. El sondeo le augura un resultado residual, pues pierde un 0,5% respecto a la anterior oleada y se queda con el 0,6%.