_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

De Humanes a Rodiezmo

Contemplar a la presidenta del PP madrileño exhibiendo 410.500 firmas contra la subida del IVA en Humanes, dispuesta en la oficina de Correos de la localidad para enviárselas por carta a Zapatero, me llevó a recordar la aportación a ese logro de unos ancianos postulantes con sus mesas petitorias a la salida de misa. No me había resultado chocante que para ello, entre los vendedores improvisados de estampas milagreras, se implantara a la puerta de la iglesia de María Auxiliadora una mesa petitoria. Pero cuando una viejecita devota se dirigió a mí para solicitar mi apoyo, no contra la ley del aborto, contra el matrimonio homosexual o contra la congelación de las pensiones, como cabía esperar, sino contra la subida del IVA, enviada por Aguirre, justifiqué amablemente a la anciana mi rechazo a firmar con el argumento de que era partidario del aumento para que el Gobierno pueda asumir sus compromisos económicos con la iglesia. Lo que no le expliqué fue que con lo que el Gobierno paga a los obispos podría evitarse en buena parte la congelación de su pensión, una idea que el Partido Popular debe estar guardándose para cuando gobierne. Zapatero, benefactor de las arcas de la Iglesia, no se la ha sugerido a Benedicto Dieciséis, por supuesto, a la hora de recibir la bendición papal recientemente. Benedicto, con las arcas de la Iglesia española nada mermadas por la crisis, está tranquilo por el apoyo que Zapatero le ha asegurado a Rouco para la celebración en Madrid del Encuentro de las juventudes católicas del mundo.

Le resulta más cómodo ahora a Zapatero mirar al Pontífice que a los mineros en Rodiezmo

Es indudable, pues, que le resulta más cómodo ahora a Zapatero mirar a la cara del romano pontífice que a las de los mineros en Rodiezmo. Que eso es lo que el vicesecretario de Comunicación del PP le ha reprochado; no lo del Papa, naturalmente, que por eso le envidia, sino que no pueda mirar a la cara de los suyos cuando canten La Internacional en Rodiezmo. Bueno, en realidad, los que antes eran los suyos y han pasado a ser los del PP desde que el partido que Rajoy simula presidir se ha convertido en el de los trabajadores. Y verdad es que no está Zapatero para mirar a la cara de los obreros sin correr el riesgo de que le retiren el saludo, como es cierto que podría haberse ahorrado el anuncio en plan chulo de que a toda costa iba a estar en Rodiezmo, sin sopesar antes el humor con que allí podría ser recibido, pero es igualmente verdadero que González Pons, partidario a la vez de reducir y controlar el derecho constitucional a la huelga de los trabajadores, otorga al reproche ese tinte ridículo que suele emplear sin rubor. Porque, en efecto, Zapatero no podrá mirar a la cara de los trabajadores de Rodiezmo en el septiembre que viene: no en vano ha emprendido una parte de los ajustes que el Partido Popular ha venido exigiendo que se hagan para salir de la crisis, aunque guardándose el PP la parte más dura para ejecutarla a su propio cargo cuando Zapatero pueda volver a Rodiezmo, después de haber salido de La Moncloa. Pero si, como se espera, la izquierda facilita finalmente el poder a la derecha, tal cual lo viene haciendo resignadamente con la política del "no hay más remedio", convencida de que cualquier Gobierno posible será por ahora de derechas o no será, Rodiezmo puede que pase de ser una mera fiesta popular anual para convertirse en un símbolo más de la respuesta inevitable y contundente que la democracia devaluada necesita, y que veremos venir con estrépito, frente a esta izquierda y esta derecha tan confundibles.

Parece muy extendida la creencia de que si con Zapatero no vamos a salir de la crisis, con Rajoy tampoco. Pero si Zapatero sigue los consejos que la presidenta de los populares madrileños le dio hace unos días, rodeada de firmas y sellos de correos en Humanes, y contiene el gasto público, como cuentan las crónicas que Aguirre lo hace, a pesar de los gastos errados de los supuestos corruptos, equilibra el presupuesto, sin dañar a los trabajadores y a los pensionistas del partido de Aguirre, y reduce impuestos con toda lógica, como se debe hacer cuando sobran ingresos, que tampoco se trata de maltratar a los ricos, si sabrá ella de eso, es probable que Rajoy no llegue a La Moncloa y, por eso mismo, Zapatero tarde en volver a Rodiezmo.

Otra será la suerte de Esperanza Aguirre, después de aconsejar la cuadratura del círculo. Y si además los socialistas se olvidan de ella y se entretienen en ellos mismos, tan numereros como son cuando hablan de Madrid, Aguirre seguirá cómodamente en su palacio y tratará de merendar en Rodiezmo llevándose su propio bocata. Hasta es posible que meta la manifestación del 1 de Mayo, debidamente retocada, y procurando que los escenarios no acusen los excesos de las tramas, en el programa de sus fiestas del 2 de Mayo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_