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Fiesta en Leganés a ritmo de vallenato

Unos 5.000 colombianos celebran en La Cubierta su día nacional

El ruedo de la plaza de toros La Cubierta de Leganés se cubrió ayer de una enorme moqueta tricolor, el amarillo, azul y rojo de la bandera de Colombia, durante la celebración de la fiesta nacional y el bicentenario de la independencia del país latinoamericano. A los gritos de "¡Cali!", "¡Medellín!" o "¡Bogotá!", el público se animaba en una mezcla de alegría y nostalgia compartida. Todos se acordaban de lo que habían dejado atrás al llegar a España.

No era difícil encontrar a colombianos que llevan años alejados de los suyos y que han tenido que rehacer su vida aquí. Bibiana Vázquez tiene ahora una familia numerosa: una docena de amigos con los que se reúne para vivir las fiestas mientras su familia sigue en Bogotá. Desde las seis de la tarde, la cuadrilla no paró de tocar la caja y la guacharaca, un instrumento de música a caballo entre la maraca y la coctelera. "Me siento feliz e integrado aquí, por eso lo celebro", contestaba entre baile y baile Edison Quintero, un colombiano de la región de Neiva (Huila). Es amigo y novio de Bibiana Vázquez. Ella trabaja en Securitas Direct y él en un supermercado. "Desde que llegué, mi empresa me ha ayudado mucho a encontrar vivienda, a utilizar un castellano más preciso, e incluso con apoyo psicológico", asegura ella.

También se oían acentos peruanos, ecuatorianos y de otros países latinos
El 'reventón' llegó cuando empezó a sonar el rock de Aterciopelados

El acto contó con la participación de Aterciopelados, la multipremiada banda de Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, y de los más reclamados por el público ayer, Mojarra Eléctrica. Entre actuación y actuación se hizo un repaso a los 200 años de historia de Colombia como república. Un homenaje al 20 de julio y a la tierra de la mayoría de los asistentes, que iban llenando poco a poco el ruedo y las gradas.

La asistencia, según los organizadores, fue de unas 5.000 personas, lejos de las previsiones que esperaban igualar los 10.000 asistentes de la pasada edición de la fiesta, que se celebró en al parque Tierno Galván. Seguramente, el intenso calor de la jornada de ayer y la lejanía del lugar de celebración del centro de Madrid tuvieron algo de culpa. "El año pasado tuvo lugar al aire libre y la gente comenzó a llegar desde por la mañana para pasar el día", explicó desde la organización Carolina Ethel Martínez.

Ayer se servían en La Cubierta comidas y bebidas colombianas como el hit (zumo) de mango, mora o lulo y la cerveza dulce ponny malta por 2,5 euros. Además, arepa de choclo (maíz dulce con queso), papas rellenas con carne o damales (una especie de empanada con pollo), entre tres y cinco euros. Fuera del recinto no faltaron los habituales vendedores ambulantes con sus cervezas, agua y refrescos a un euro.

El bogotano Ferney González y sus amigos se acercaron a Leganés para ver el concierto de sus compatriotas Aterciopelados. Aunque se conmemoraba la Fiesta Nacional de Colombia, también se oían acentos peruanos, ecuatorianos y de otros países latinos. "Es porque los vallenatos colombianos y su manera de celebrar las fiestas es muy especial", explicaban Anabel González y Javier Jaramillos, dos ecuatorianas que llevan ocho años viviendo en Madrid.

Se produjo el "reventón" cuando em pezó a sonar el rock de Aterciopelados, tal y como exclamó Bibiana Vázquez. Era la actuación más esperada para sus amigos y para las bogotanas Andrea Martínez y Amparo Fernández, que se conocieron en España al trabajar en la misma empresa. Una amistad que atravesó el Atlántico y unió a las familias de ambas, "que ahora comparten las noticias que les llegan de las chicas".

Más suerte tuvo Zulme Rodríguez que pudo traerse a dos hermanos a España. Uno de ellos la acompañaba ayer. Los dos se enteraron de la fiesta gracias al marido de Zulme, el español Óscar Asensio, con quien tiene dos niños de seis y cuatro años, mitad españoles y mitad colombianos.

Sofía Vergara era una de las niñas del grupo de danza del consulado colombiano que dieron el pistoletazo de salida a la gran fiesta de ayer. Ha nacido en España y su madre no quiere "que pierda las costumbres regionales". Por eso, ella y otros 15 chicos y chicas de entre 5 y 14 años llevan todo el año preparándose todos los sábados para la actuación, con el vestuario confeccionado por los propios padres con los colores de la bandera de Colombia.

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