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Sartori: "El peor periodo de nuestra historia"

El apodo masón del César Berlusconi, que ayer campaba en todos los diarios nacionales pero nadie osaba citar en las televisiones, da pie al editor Giuseppe Laterza para el siguiente análisis: "Italia siempre ha tenido una tradición cortesana. Nosotros publicamos hace poco un gran libro llamado La libertad de los siervos. Los siervos pueden hablar mal del soberano, pero no muy mal. Ahora, el principio de los cortesanos contra los enemigos ya no sirve. La corte está podrida y pelea por los favores del soberano. El debate político se ha sustituido por los intercambios de golpes bajos y de cafés envenenados entre los siervos".

Las escuchas judiciales conocidas estos días muestran una masa putrefacta en la que se mezclan los protagonistas clásicos de la historia italiana: masones, mafiosos, familias, cardenales, jueces complacientes y delincuentes de baja estofa. Los fiscales de Roma que investigan la trama de la P3 han acusado a Denis Verdini, coordinador nacional del Pueblo de la Libertad (PDL), ya implicado en el escándalo de la Protección Civil, y a Marcello Dell'Utri, el senador siciliano y mano derecha de Berlusconi condenado a siete años de prisión, de ser los referentes políticos de la logia.

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Pero además han cazado a Lele Mora, viejo amigo de Berlusconi y cazatalentos de Mediaset, preparando inversiones en casinos con un conspicuo miembro del clan Sarno, eje de la Camorra napolitana. Y han descubierto que Roberto Formigoni, gobernador de Lombardía, pedía ayuda en clave a la P3 para resolver la exclusión de su lista electoral en los comicios regionales (cosa que logró mediante una gestión ante el Tribunal de Apelación). Ayer, el Consejo Nacional de la Magistratura decidió trasladar -es decir, destituir- al presidente de la Corte de Apelación de Milán, Alfonso Marra, acusado por los fiscales romanos de formar parte de la conspiración.

Según el filósofo Paolo Flores D'Arcais, "ha saltado la tapa de la olla y la verdad está saliendo a la superficie. Berlusconi dirige una banda de criminales. El hecho no es nuevo, porque sabemos desde 1994 que su carrera de constructor empezó con dinero muy dudoso de probable origen mafioso. Pero ahora, las pruebas están saliendo a flote".

"El país está viviendo el peor periodo de toda su historia", comenta sin medias tintas el veterano politólogo Giovanni Sartori. "Hemos batido todos los récords y estamos en un nivel de degradación sin precedentes. No solo se trata de una corrupción sin límites, sino de una infiltración mafiosa gigantesca. De vez en cuando arrestan a un tentáculo del pulpo, pero el pulpo sigue adelante", añade.

¿Tiene solución Italia? Los tres entrevistados coinciden. "Por desgracia, ninguna".

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