Rodalies: lo primero la limpieza
Aumentar la oferta y combatir el fraude, objetivos de la Generalitat
Lo primero, limpiar. Los trenes y las estaciones. El Gobierno catalán ha elaborado un plan de mejoras para el periodo 2010-2012, dotado con 50 millones de euros, que incluye un plan de choque para adecentar las instalaciones y, en paralelo, una serie de tímidas mejoras en el servicio y otras más decididas en la información.
La partida para este año asciende a 9,6 millones de euros y el plan ha empezado ya ejecutarse. Las cantidades para 2011 y 2012 esperan la aprobación definitiva del Departamento de Economía. La cifra de 50 millones procede de los Presupuestos Generales del Estado, según el pacto que incluía la transferencia del servicio.
El plan de actuación en Rodalies tiene cuatro apartados. El primero se refiere al incremento de la oferta y nuevos servicios; el segundo, al adecentamiento y la mejora de la cadena del transporte (trenes e instalaciones); el tercero, a la introducción de cambios tecnológicos, y el cuarto, a la aplicación de una nueva política comercial y la lucha contra el fraude.
Plan de choque para lavar la cara a todo el servicio de cercanías
Hay algunas medidas ya adoptadas. Por ejemplo: un tren más diario al aeropuerto, a primerísima hora de la mañana, que beneficia a los trabajadores más que a los usuarios de líneas aéreas; con la misma intención se han incrementado los servicios entre Vilafranca y Barcelona los fines de semana y algunos trenes que circulaban a primera hora de la noche con fines técnicos (comprobación del estado de vías y señales) han sido reconvertidos para ofrecer un servicio más que acepte pasajeros.
También se ha aumentado la frecuencia de trenes en la estación de Garraf, ajustando los horarios para que paren allí convoyes que no lo hacían, sin aumentar los tiempos del trayecto. Pero la medida más llamativa no llegará hasta final de año: cuando se pueda utilizar el túnel de la Meridiana (ahora en obras), se implantarán dos nuevos trenes entre Barcelona y Puigcerdà. Uno a primera hora de la mañana de Puigcerdà a Barcelona y otro en sentido inverso por la tarde. Ambos serán semidirectos, con lo que se reducirá el tiempo de recorrido actual, que es de 3 horas y 10 minutos, hasta quedar "claramente por debajo de las tres horas", según el Departamento de Política Territorial.
En marzo se inauguró un centro de información al cliente, instalado en la estación del Clot. Este servicio tendrá una notable mejora: se habilitará un nuevo espacio, más amplio y visible, en la plaza de Catalunya y se mejorará la página web, que tiene unos 5.000 visitantes diarios; asimismo se ofrecerá la posibilidad de acceder a esta información a través de móviles, servicio que ahora utilizan 1.500 personas cada día.
Una cosa tiene clara el responsable de Política Territorial, el consejero Joaquim Nadal: hay que lavar la cara a todo el servicio. A los trenes y a las estaciones. De ahí que, para este año, se haya elaborado un plan de choque de limpieza. Se han reforzado las brigadas de limpieza de trenes y también las de las estaciones. Ahora bien, en este segundo caso, explica un portavoz del Política Territorial, no se trata "de limpiar sobre la suciedad, porque entonces no rinde. En algunas estaciones hay que abordar la limpieza de forma global antes de que se note. Hay que limpiar en profundidad".
Parecerá una tontería, pero muchas estaciones de Renfe -en realdad pertenecen al Adif en su mayoría- funcionan aún con viejos y obsoletos sistemas de iluminación. Dentro del plan de actuación de este mismo año se prevé la sustitución de estos sistemas por LED, que además de aumentar la visibilidad, en especial en las instalaciones subterráneas, reducen el consumo.
Dentro de la política de lucha contra el fraude se prevé la contratación casi inmediata de 16 agentes más cuya función será doble: controlar que los pasajeros lleven el billete correspondiente (parte del fraude de Rodalies consiste en viajar con un billete más barato de lo debido) y, al mismo tiempo, lograr que su presencia reduzca la inseguridad que se produce a determinadas horas en los trenes.
En el ámbito comercial, Renfe deberá abordar a medio plazo la unificación de sus zonas con las de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), ya que ahora no coinciden, lo que hace que el mismo trayecto tenga precios diferentes según se pague con una tarjeta de Renfe o con una de la ATM. El ejemplo más llamativo es el recorrido entre Sants y el aeropuerto. Si el usuario emplea una tarjeta de ATM (la T-10, sin ir más lejos) paga poco más de 70 céntimos porque solo se considera que se mueve en una zona. Si utiliza la de Renfe, el pago corresponde a tres zonas, lo que hace que el billete sencillo cueste 2,35 euros (tres veces más).
El objetivo de los proyectos del Gobierno catalán para 2011 es incrementar el número de usuarios. En estos momentos, la demanda no crece en la Región Metropolitana de Barcelona, de ahí que se proyecte una mejora en los horarios y, sobre todo, en las horas valle, cuando la espera entre un tren y otro supera, en no pocos casos, la media hora.
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