CiU sitúa a Zapatero en una encrucijada
El PNV, eje de los Presupuestos, tantea la confrontación con López
La celebración de las elecciones catalanas avanzado el otoño y la sobreactuación de los dirigentes de CIU contra el presidente Zapatero, tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, confirman que iba en serio el anuncio de Josep Antoni Duran Lleida del 20 de mayo de que los nacionalistas catalanes no apoyarían los Presupuestos de 2011.
Cada vez más, por tanto, Zapatero está en manos del PNV para salvar el principal escollo que tiene la continuidad de su Gobierno: la superación de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos a finales de octubre. El PNV ya lo ha percibido y su presidente, Íñigo Urkullu, ha dirigido a Zapatero una oferta de negociación tan ambigua que sonaba a tanteo: el pleno desarrollo del autogobierno y el reconocimiento de la mayoría social nacionalista. Esto último se ha interpretado como un pacto de PSE y PNV para apoyar la lista más votada entre ambas en las diputaciones y ayuntamientos vascos en 2011. Zapatero ha decidido aplazar la negociación con el PNV hasta que culmine la reforma laboral, se apruebe el techo de gasto y se celebre el debate sobre el estado de la nación. Aunque ha mantenido algunas conversaciones telefónicas con Urkullu, se han centrado en las reformas y en la situación de Euskadi.
El PNV está limitado porque necesita el apoyo del PSE en las diputaciones
Sin embargo, la propuesta de Urkullu ha preocupado en las filas socialistas ante el temor de que pretenda confrontar los intereses del Gobierno de Zapatero con el de Patxi López.
Hace un año ya hubo choque de intereses al incluir en el pacto presupuestario de 2010 entre el PNV y el PSOE el retraso del traspaso de las políticas activas de empleo al Gobierno vasco que Patxi López se había comprometido a cerrar en pocos meses. Aún no se ha materializado.
En esta ocasión, la confrontación de intereses puede producirse en el terreno de las diputaciones vascas, gobernadas por el PNV y piezas clave en el entramado institucional vasco por su capacidad recaudadora. Aunque el PNV no ha aclarado su propuesta, sí ha insinuado la posibilidad de exigir el respaldo socialista a su candidato en la Diputación de Álava tras las elecciones de mayo de 2011 a cambio del apoyo a los Presupuestos del Gobierno de Zapatero. Si esto fuera así le crearía un serio problema a López, porque el PP vasco, firme candidato a ganar esa diputación -fue la lista más votada en 2007-, lo rechazaría y podría amenazar la estabilidad de su Gobierno. A este respecto, López ya ha dicho que se mantendrá "vigilante" para que el PNV no perjudique los intereses de su Gobierno o del pacto con el PP como el año anterior.
Pero en la negociación presupuestaria no sólo Zapatero está en la encrucijada. También el PNV, que está en la oposición al Gobierno vasco, necesita de la negociación en las Cortes para tener el protagonismo político del que carece. Pero, sobre todo, necesita el apoyo de los socialistas vascos para conseguir la aprobación de los presupuestos de 2011 en las tres diputaciones vascas que gobierna. El PNV también está muy presionado para cerrar esas cuentas forales por el empresariado vasco, ya que son necesarias para afrontar la crisis económica. En este sentido, López se ha ofrecido a "ayudar a Zapatero" con el apoyo del PSE a las cuentas de las diputaciones del PNV.
Pese a todo, Zapatero tampoco descarta del todo que CiU cambie de opinión a última hora, tenga un "gesto de responsabilidad" y respalde los Presupuestos. Una pista la dará el debate sobre el estado de la nación que se inicia el 14 de julio en el Congreso de los Diputados.
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