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Reportaje:

La moda urbana más sobria

The Brandery cierra con más del doble de visitas que hace un año - Custo desfila entre brillos metálicos

The Brandery puede estar de celebración. La feria barcelonesa, nacida hace un año tras la marcha de Bread & Butter (que se llevó un salón de 900 firmas a Berlín), ha recibido la visita de 15.000 personas, el 57% más que en la edición de verano pasado y el 4% más que en la de invierno. En esta tercera edición, el salón, instalado en la Fira de Barcelona, han participado 215 expositores, que han mostrado lo que se llevará el verano que viene.

Las tendencias apuntan a pantalones y vestidos extra cortos, faldas globo, mangas abombadas y monos de trabajo con una tendencia común: mucha feminidad y poco color. O si se quiere, mucha discreción. De las perchas de los expositores, casi todos dedicados a la moda femenina, colgaban prendas de algodón o punto con colores inspirados en la naturaleza, como los de la nueva colección de Sita Murt. El lino, tejido veraniego por excelencia, será el gran protagonista en las colecciones clásicas del verano que viene y las gasas y puntillas en los volantes y tirantes se mantendrán en unos modelos que desprenden un aire vintage.

El salón presenta modelos extra cortos y discretos en el color

Quizá la explicación a la sobriedad en el color -beige, gris, blanco, negro y verde- de la ropa esté en la versatilidad, como apuntaba la diseñadora catalana Núria Aymerich en la feria. "Si antes te comprabas un modelo de día y uno de noche, ahora el cliente busca uno que le sirva para todo", opina. Eso sí, entre los expositores ha quedado claro que el corto (cuanto más corto, mejor) está de moda.

The Brandery, que ha contado con el doble de expositores que el año pasado, se va afianzando en Barcelona gracias a un abanico de marcas internacionales de la tierra: Custo, Múnich, Armand Basi, Sita Murt, a las que se han sumado North Sail, Camper y Le Coq Sportif. "Estamos aquí para que sea una feria cada vez más internacional", explicaba ayer Carlos Sagalés, director de la marca Custo Barcelona, que el martes por la noche puso el broche de oro al salón con un desfile en el Mellow Beach Club -a los pies del hotel Vela- en el que presentaba los diseños de la temporada de invierno. El diseñador Custo Dalmau sorprendió con una colección protagonizada por los colores metálicos y las pieles artificiales. La modelo Esther Cañadas, que llevaba dos años fuera de la pasarela, abrió el desfile vestida con un abrigo peludo de reflejos azulados, las piernas al aire y unas botas de caña baja y tacón alto. Un estallido de color, como es habitual en Custo, que ha compensado la falta de brillo de los modelos poco trendy del salón.

Esther Cañadas desfilando con un modelo de Custo.
Esther Cañadas desfilando con un modelo de Custo.EFE
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