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El fisco investigará los fondos de la heredera de L'Oréal

La mujer más rica de Francia tiene dos cuentas no declaradas en Suiza

Antonio Jiménez Barca

La polémica (y el culebrón) desencadenados en Francia por las cuentas oscuras de la mujer más rica del país, Liliana Bettencourt, y que de rebote han salpicado al actual ministro de Trabajo, Eric Woerth, promete nuevas entregas: el actual ministro de Presupuesto, François Baroin, anunció ayer que los inspectores fiscales investigarán todos los fondos de Bettencourt y "llegarán hasta el final".

La decisión del responsable del fisco intenta contener una marea que amenaza con hundir a Woerth y, de paso, sale al paso de unas revelaciones que Patrice de Maestre, el propio gestor de la fortuna de Bettencourt desde 2003, hizo el sábado a Le Figaro. Allí, De Maestre reconoce que Bettencourt, heredera del imperio L'Oréal y que posee una fortuna de 17.000 millones de euros, tiene dos cuentas opacas en Suiza, una por valor de 65 millones y otra de 13. "Es verdad que ha habido negligencias, pero no ha sido a propósito. No descubrí estas cuentas hasta el año pasado, eran cuentas antiguas, y parece que nunca se habían declarado", precisa.

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Esto, más o menos, ya se sabía: un mayordomo de los Bettencourt, Pascal B., con una pequeña grabadora, registró furtivamente durante un año las conversaciones privadas entre Liliana Bettencourt y algunos de sus colaboradores, entre ellos De Maestre. En algunas de estas conversaciones, sacadas a la luz por algunos medios de comunicación franceses, el gestor de los bienes de la anciana le comenta la necesidad de arreglar estas cuentas, sugiriéndole trasladarlas a Singapur. Tras la publicación de las grabaciones, Bettencourt se apresuró a comunicar que está dispuesta a fijar en Francia todas sus cuentas extranjeras.

Pero la polémica ha salpicado -tal vez ya de forma irremediable- al actual ministro de Trabajo, Eric Woerth. Su esposa, Florence, fue contratada en noviembre de 2007 como asesora financiera de Bettencourt, a las órdenes de De Maestre. Por entonces (y hasta marzo de 2010) Woerth era ministro de Presupuesto, esto es, el encargado de vigilar y perseguir el fraude fiscal. También él sale aludido, como "amigo", en palabras de De Maestre, en las famosas cintas del mayordomo. La mujer de Woerth dimitió hace poco para no perjudicar más a su marido, que en marzo pasó a ser ministro de Trabajo, al timón de la polémica reforma de las pensiones.

Desde hace semanas, no hay día que Woerth no se desayune con un disgusto relacionado con la fortuna de Bettencourt: el viernes, por medio de un comunicado, la Fiscalía de Nanterre, que posee información de la familia debido a una denuncia que la única hija de Bettencourt ha interpuesto contra un novio de la anciana por "abuso de debilidad", aseguró que envió a primeros de 2009 datos sobre el asunto a los servicios de inspección fiscal, es decir, a los departamentos que dependían entonces de Woerth. Ayer, el Journal du Dimanche revelaba que el por entonces ministro de Presupuesto cenó en diciembre del año pasado con el heredero de la familia Peugeot, Robert Peugeot, después de que a este le robaran en su casa lingotes de oro -al parecer no declarados al fisco- por valor de más de 500.000 euros.

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El ministro francés Eric Woerth y su esposa, Florence, en el torneo de Roland Garros en 2009.
El ministro francés Eric Woerth y su esposa, Florence, en el torneo de Roland Garros en 2009.REUTERS

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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