Una empleada doméstica en su día libre en Hong Kong / MARISA GONZÁLEZ
Un paréntesis en la esclavitud
Unas 150.000 mujeres filipinas trabajan como internas en el servicio doméstico en Hong Kong, según los registros oficiales. Pero la realidad duplica esa cifra. Sometidas a abusivos contratos -pese a que su cualificación incluye el dominio del inglés-, trabajan seis días a la semana por unos 250 euros mensuales. Su única jornada libre es el domingo. Ese día toman el centro de la ciudad. La cita empieza al amanecer y termina hacia las 20.00.