Las minutas de Bárcenas
Nunca es tarde para un gesto de dignidad. Es verdad que Luis Bárcenas llevaba meses resistiendo el acoso judicial y policial resultado de las investigaciones de la trama corrupta Gürtel. Pero lo cierto es que cuando por fin, en abril pasado, decidió abandonar su escaño (y sueldo) de senador del PP, fue él quien anunció que a partir del día 12 de abril pagaría de su bolsillo a su abogado, como quien renuncia a un derecho adquirido. Si, después de todo, el de Gürtel no era más que un caso contra el PP, como alegaban sus dirigentes, tal renuncia no podía ser interpretada más que como un generoso gesto del que ha controlado los dineros del PP en los últimos 30 años.
Pero Luis Bárcenas, ex tesorero, ex senador y ex militante del PP, que siempre se ha tomado su tiempo a la hora de tomar decisiones de peso, guardaba una desagradable sorpresa a su ex partido. Mes y medio después de su ofrecimiento de hacerse cargo de su defensa ha reaparecido para exigirle al PP la minuta del abogado hasta el 10 de abril: 200.000 euros.
Si un bufete cobra 200.000 euros por poco más de un año de trabajo en la defensa de uno de sus clientes es que dicha defensa es sumamente complicada o, sencillamente, el bufete presenta de oficio unas minutas estratosféricas. El PP, que se resiste a pagar la factura, tiene ahora un problema añadido. Hasta ayer, creíamos que el caso Gürtel destapaba una red corrupta dispuesta a saquear las arcas públicas en beneficio propio y quizá también del partido. La factura presentada por Bárcenas evidencia que cuando toca rascarse el bolsillo a los presuntos implicados tampoco les preocupa con exceso las finanzas de su partido.
También puede ser que el PP, que se desgañita pidiendo austeridad contra los despilfarros de Zapatero, tenga por costumbre tirar tan alegremente de talonario para algunos asuntos. ¿Acaso no estaba al corriente de las minutas del abogado, que se supone pagaba desde el principio? Es el tiempo del regateo, pero el precio de partida es demasiado alto. El PP tendrá que pagar mientras su ex tesorero, que ha cuadruplicado su fortuna en ocho años, demuestra tener esa mentalidad de algunos ricos que lo son, entre otras cosas, porque nunca pagan.
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