Penúltimo lío para el nietísimo
Jaime Martínez Bordiú, envuelto en un caso de tráfico de cocaína - Unos narcos tenían su Visa y su carné náutico
La familia de Francisco Franco ha sido noticia esta semana por dos hechos muy diferentes. Jaime Martínez Bordiú, el más pequeño de los nietos del dictador, se veía involucrado en otro lío, esta vez en un caso de tráfico de cocaína, y Luis Alfonso de Borbón, hijo de la primogénita de la saga, Carmen Martínez Bordiú, se convertía en padre de mellizos. Ambos además de ser tío y sobrino han compartido parte de su adolescencia, en la casa de la familia Franco, a donde Luis Alfonso se trasladó cuando su padre el duque de Cádiz murió trágicamente y su madre se marchó a París a vivir un amor con el anticuario Jean Marie Rossi. Jaime ejerció de protector del pequeño. Pero años después la historia es bien distinta para ambos.
Luis Alfonso, casado con la millonaria venezolana Margarita Vargas, ostenta el título de duque de Anjou y dice aspirar al trono de Francia. Jaime, en cambio, vive un nuevo capítulo en su azarosa existencia: tiene que declarar en un juzgado de Madrid en una investigación por un alijo de cocaína incautado en Valencia. La Guardia Civil incautó a finales del pasado año seis kilos de pasta de cocaína y detuvo a dos personas de nacionalidad colombiana, que actualmente se encuentran en prisión por un supuesto delito contra la salud pública. Los detenidos tenían en su poder una tarjeta Visa oro y un carné de patrón de barco de Jaime Martínez Bordiú. La Guardia Civil cree que el carné iba a servir para trasladar la droga a Ibiza. El nietísimo asegura que dejó la documentación por amistad, pero desconocía los hechos. Pero los investigadores trabajan para averiguar si había una colaboración entre los narcotraficantes y él.
Hace un año el nietísimo saltó a los platós de televisión por las acusaciones de maltrato de su entonces novia Ruth Martínez. Fue en una de sus comparecencias televisivas, generosamente remunerada, cuando confesó su adicción a las drogas y se mostró como un hombre roto. No le sirvió de nada. En 2009 un juez de Barcelona le condenó a un año de cárcel por maltratado. Pero ahí no acaba su historia hacia el precipicio. En abril de este año también la Guardia Civil abría una investigación para esclarecer una denuncia que le implicaba en una discusión de tráfico en la que, según un denunciante, se habrían efectuado varios disparos.
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