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Las recetas internacionales contra la crisis | Cambios en el sistema financiero

El Fondo exige una reforma "radical y urgente" del mercado laboral

El organismo pide abaratar el despido y simplificar la negociación colectiva

Manuel V. Gómez

El Fondo Monetario Internacional (FMI) mete más presión a las negociaciones para reformar el mercado laboral. Terció en ellas justo ayer, cuando arrancaba la semana decisiva, siempre que sindicatos, empresarios y Gobierno se atengan a lo dicho y concluyan las conversaciones en mayo. "Es urgente una revisión radical del mercado laboral", reclama el Fondo en la nota de la misión que ha evaluado este mes el estado de la economía española. "La reforma tiene que ser ambiciosa y amplia para cambiar significativamente la dinámica laboral y evitar perder una oportunidad histórica", prosigue. A continuación, el FMI fija la mirilla sobre sus objetivos habituales: el coste del despido y la negociación colectiva.

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Ya es un lugar común que cada vez que el organismo dirigido por Dominique Strauss-Kahn habla de España reclame la reforma laboral. Ayer dio un paso más. La transformó en una necesidad "radical" y "urgente". Pese a que la misión económica y el avance de los trabajos emitido ayer forma parte de la labor "regular" del Fondo, su difusión llega en un momento fundamental, cuando se está culminando el diálogo social.

"El FMI siempre ayudando", describía con ironía Fernando Lezcano, portavoz de CC OO. En su opinión, trata de meter presión al Gobierno para que decrete una reforma que vaya en la misma dirección que el ajuste presupuestario que ha llevado a los sindicatos a deshojar la margarita de la huelga general. "Al FMI no le importa la economía real ni la sociedad española", criticó el líder de UGT, Cándido Méndez, al conocer las recomendaciones.

Desde luego, las propuestas que emanan de Washington no suenan bien en los oídos de los sindicatos. Pide recortar las indemnizaciones por despido "al nivel de la Unión Europea" para reducir la división entre los que tienen un contrato indefinido y uno temporal y "para prevenir un uso excesivo de los despidos injustos".

El otro disparo se dirige a la negociación colectiva. Hace un par de semanas el economista jefe, Olivier Blanchard, ya apretó el gatillo contra el mismo objetivo. Ayer, el Fondo concretó. Propone descentralizar la negociación colectiva para que se desarrolle en el ámbito individual de cada empresa. Ahora hay tres ámbitos de negociación: el sectorial, el provincial y el propio de cada firma.

Además, el FMI pide acabar con una de las particularidades más propias de la negociación colectiva española: la estrecha vinculación que hay entre la evolución de los precios y los salarios. Ésta también es una reclamación histórica del Banco de España, que pide que la variación de los sueldos se vincule más a la productividad que a la inflación.

Ambos temas -sobre todo el despido- están ahora en la agenda del diálogo social y del potencial pacto que se negocia estos días. Sobre él, Méndez dijo ayer que sólo veía "un escenario de acuerdo", contradiciendo la pesimista visión que se ha instalado entre todas las partes sobre la posibilidad de cerrar un pacto. El portavoz dle grupo socialista, José Antonio Alonso, dijo que el diálogo social "no va demasiado bien" y que si no hay acuerdo el Gobierno liderará una reforma laboral "razonable". Eso no gusta en el frente sindical. El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, dirigió sus dardos hacia el Ejecutivo: "Si no aporta, al menos que no entorpezca". Esa frase criticaba el papel que ha tenido el Gobierno en las negociaciones y, al mismo tiempo, le pedía que se mantuviera al margen de las conversaciones que se celebran en estos días, principalmente entre sindicatos y empresarios. Toxo volvió a esgrimir la posibilidad de una huelga general.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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