Impúdicas figuras
Que vienen las figuras... ¡Oh! La plaza, de bote en bote. Los reventas, frotándose las manos. Claveles para la gente guapa. Toros comerciales, a poder ser de procedencia Domecq, y un público moderno y amable, festivalero y aplaudidor. Todo, todo a punto para el triunfo...
Que te crees tú eso... ¡Qué desastre...! ¡Qué vulgaridad...! ¡Qué tres señores vestidos de luces con menos pintas de toreros...!
Había que ver la cara de jubilados que tenían los tres, impotentes para superar las dificultades de unos toros basura, sin casta ni codicia, pero que no plantearon problemas insalvables. Había que ver la incapacidad manifiesta de los tres para despachar con dignidad la corrida. ¡Qué pésima lidia, señores! ¡Qué aburrimiento! Y qué desfachatez la de estas figuras sin pudor alguno, manifiestamente desbordadas por sus oponentes. Aburridas, desangeladas y con la tristeza dibujada en el semblante. ¡Qué nervios! ¡Cuántas carreras! ¡Cuántos mantazos con capote y muleta! Es difícil, muy difícil, estar peor que ayer estuvieron los señores Juli, Castella y Luque, tres llamadas figuras, exigentes en todo momento, que ayer quedaron ridiculizadas por su falta de recursos e ideas.
GARCIGRANDE / EL JULI, CASTELLA, LUQUE
Cuatro toros de Garcigrande, y dos -4º y 5º-, de D. Hernández, desigualmente presentados, mansos, blandos y descastados
El Juli: dos pinchazos -aviso- y estocada baja (ovación); pinchazo, estocada caída y un descabello (silencio).
Sebastián Castella: media travesada -aviso- y bajonazo (ovación); dos pinchazos, media -aviso- y cuatro descabellos (silencio).
Daniel Luque: media tendida (silencio); pinchazo, media y un descabello (silencio).
Plaza de las Ventas. 15 de mayo. Décima corrida de la feria de San Isidro. Lleno.
Había que ver la cara de jubilados que tenían los tres matadores
Ya se sabe que es más fácil estar en las alturas que a la altura de las circunstancias. Pues, eso.
El Juli, por ejemplo, que llegó triunfante de Sevilla, y apareció disminuido, como aturdido, mal colocado casi siempre, y con un toreo destemplado, sin gracia ni hondura. Es verdad que algunos espectadores le exigían desde el tendido; pero El Juli no se puede quejar, porque él y los demás como él lo exigen absolutamente todo: la fecha, los compañeros, la ganadería, el dinero, y todo lo que se encapriche el apoderado de turno. Normal, entonces, que se le exija a él y se le recrimine cuando se sitúa fuera cacho, torea -es un decir- despegado y tarda un mundo en cogerle el aire a su primero, al que no entendió hasta mediada la faena en una tanda de muletazos con la mano derecha en la que tiró con mando de la embestida. Un intento más por ese lado y se acabó la presente historia. Y se mostró tan soso como su oponente cuarto, sin soltura, ni alegría, sin dominio ni capacidad.
Y que no se queje El Juli de estos toros, porque estos son los que él impone. ¿Y por qué? Porque a estos les corta las orejas en las plazas de segunda, y espera que en Madrid toque la flauta. Y no toca, y naufraga con estrépito como ayer. Pero que no se queje: es víctima de sus imposiciones. Sólo que desde ayer, desde esa faena, El Juli es menos figura.
¿Y Castella? Valeroso sí que es, pero por allí anduvo como alma en pena, sin saber muy bien qué hacer, dando mantazos a diestro y siniestro, citando mal, matando peor, sin gracia ni estilo, sin ese espíritu batallador que tantos éxitos le ha dado, y dejándose arrebatar la muleta en sus dos toros. Se dio el arrimón ante el segundo, al que no toreó ni por el forro; y aburrió ante el quinto, sosísimo, siempre mal colocado, conformista, muy insulso y encorsetado.
Y a Daniel Luque parece que aún le pesa la losa del fracaso del Domingo de Resurrección en esta misma plaza. Le han abandonado la juventud y su fortaleza. Parece otro torero muy distinto al que deslumbró a todos en sus primeros tiempos de alternativa. Parece que le han caído un montón de años encima. Nervioso, destemplado y vulgar. No dio una a derechas ante el tercero y fue incapaz de someter al deslucido sexto.
Se acabó el triste espectáculo de las figuras sin pudor ni recato para mostrar sus debilidades. Se acabó el tostonazo de El Juli, Castella y Luque, figuritas de pitiminí, tan exigentes siempre y tan débiles ante corridas -exigida por ellos- tan insulsas como la de ayer.
La corrida de hoy
- Toros de Los Bayones. Los toros salmantinos, como tantos de esta zona, proceden de Atanasio Fernández. Abantos de salida y templados tras el primer tercio, pueden romper en la muleta. Ganadería especialmente voluminosa.
- Gabriel Picazo. El torero de San Sebastián de los Reyes dejó buena impronta de novillero en Las Ventas. Alterna en el escalafón superior desde 2006, tras confirmar en 2007, aunque torea pocos festejos.
- Israel Lancho. El altísimo torero extremeño tuvo una larga trayectoria como novillero. Se adaptó al ganado más duro y como matador sigue dando la cara con estas ganaderías. La pasada feria estuvo al borde de la muerte cuando un toro de Palha le partió el pulmón.
- Emilio de Justo. Alumno de la escuela taurina de Cáceres, es matador desde 2007. Apenas toreó la pasada temporada. Entre sus valores está el buen gusto con el capote.
La corrida se retransmite por Canal + Eventos.
Babelia
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