Una negociación de madrugada
Sustanciales avances tras ocho horas de conversaciones en Facenda
"Será difícil que hoy no lleguemos a un acuerdo para la fusión", confesó, sobre la una de la madrugada, uno de los negociadores tras una maratoniana reunión de casi ocho horas que mantuvieron ayer las dos cajas gallegas en presencia de la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás. El tiempo se agota y el desenlace sobre el interminable folletín de la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova vivirá hoy una jornada crucial. Los consejos de administración de ambas entidades están convocados para que se pronuncien sobre una propuesta de integración entre ambas. Pero el contenido de esa propuesta se debe perfilar aún durante la mañana de hoy. La larguísima reunión que finalizó de madrugada sirvió para que se elaborasen dos planes sobre el reparto de los órganos de dirección, principal escollo para el acuerdo. Esta mañana, se intentarán refundir en un sola propuesta para que sea sometida al refrendo de los dos consejos de administración.
La Xunta, con el respaldo del Banco de España, presionó durante todo el día de ayer a ambas cajas para que hoy se pronuncien inequívocamente sobre su voluntad de fusionarse y sobre una propuesta acerca de los órganos de gobierno de la futura caja única. La discusión, una vez más, giró sobre el último escollo a salvar, el reparto de poder en la entidad fusionada, un debate marcado por la exigencia de Caixanova de mantener una posición dominante en los futuros órganos de gobierno. Aunque se produjeron avances, persistían las diferencias, por lo que se optó, bajo la supervisión de la conselleira, por elaborar dos propuestas a la espera de que hoy se refundan en una sola para ser sometida a votación .Las dos propuestas se refieren a los puntos más calientes de la negociación: la presidencia, la dirección general, las direcciones adjuntas, las sedes y el periodo transitorio en el que se mantendrían en sus cargos los actuales directivos. Según fuentes próximas a la negociación, las dos propuestas que se redactaron anoche, bajo la supervisión de la conselleira de Facenda, se referían al establecimiento de una presidencia con una especie de copresidente de menor rango o el de una presidencia compartida. El reparto entre las dos cajas se compensaría con la designación del director general y sus adjuntos.
Durante el fin de semana y la jornada de ayer, las iniciativas para salir del atolladero se volvieron a multiplicar. Una de las soluciones, que sería bien vista por la Xunta, era el establecimiento de una presidencia rotatoria. El obstáculo para concitar el acuerdo sobre este punto es la exigencia de Caixanova de que su presidente, Julio Fernández Gayoso, ocupe el primer turno al frente de la entidad única. Caixa Galicia no lo acepta ya que en ese caso Gayoso coincidiría al mando con el que se presupone futuro director general, José Luis Pego, que en la actualidad desempeña el mismo cargo en Caixanova, lo que reforzaría la impresión de que la entidad del norte sería en la práctica absorbida por la del sur.
Otra posibilidad, que se había desechado hace tiempo pero que ayer se volvió a poner sobre la mesa, era la de elegir un presidente consensuado para lo que se buscaría una figura con prestigio actualmente ajena a las dos entidades. Esa solución ya fue propuesta hace tiempo por Caixa Galicia y cuenta con las bendiciones del poder local coruñés. Representantes del Banco de España sondearon ayer a ambas entidades sobre esa posibilidad, según miembros del consejo de Caixa Galicia, pero la propuesta choca con las exigencias de continuidad de Gayoso. De hecho, indicaron fuentes de la negociación, esa salida no figura en las dos propuestas que salieron de la maratoniana reunión finalizada esta madrugada.
En cuanto a la sede, Caixanova llegó a la reunión proponiendo que sea itinerante, mientras que Caixa Galicia preferiría una sede fiscal fija en una ciudad que no fuese ni Vigo ni A Coruña, sino probablemente Santiago. La otra dificultad de gran calado es el periodo transitorio antes de la fusión. Al inicio de la reunión de ayer, con delegaciones encabezadas por Pego y el número dos de Caixa Galicia, Javier García de Paredes, Caixanova volvió a su exigencia de que los actuales directivos se mantengan durante cinco años. Según fuentes próximas a la negociación, esa postura se suavizó con el transcurrir de las horas.
Feijóo se refirió ayer a la propuesta de un posible presidente ajeno a las cajas y consensuado entre ambas, una propuesta que él mismo acarició hace tiempo, pero que ya había abandonado. Sobre ese "presidente independiente", como lo calificó el jefe del Ejecutivo gallego, Feijóo prefirió no "entrar en la especulación sobre nombres". Preguntado, en una entrevista en TVE, si se podría tratar de Juan Ramón Quintás Seoane, hasta hace un mes titular de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, y ex director general adjunto de Caixa Galicia, Feijóo señaló: "Es una persona que conoce perfectamente la situación financiera nacional, internacional y gallega". "Lo cierto", abundó, "es que es una persona de reconocido prestigio, con criterio e independiente, que ha sido hasta hace poco presidente de todas las cajas españolas y de la que uno se puede fiar en cuestiones financieras". De hecho, Feijóo intentó sin éxito hace un año que Quintá fuese su conselleiro de Economía.
Sin embargo, el presidente de la Xunta dejó claro que una solución de ese tipo requeriría un acuerdo muy amplio Para que sea realidad esa fórmula, dijo, "se necesita, lógicamente el consenso del resto de fuerzas políticas y de las cajas de ahorro". "El Gobierno contempla esa posibilidad", advirtió, "pero lo importante en este momento es que la fusión fructifique, cerrar el protocolo y empezar a trabajar ya". "Llevamos demasiados meses de retraso", zanjó el presidente de la Xunta en Los desayunos de TVE.
Frente a esa apuesta, tanto PSdeG como BNG se mostraron partidarios de que sean finalmente los consejos de Caixa Galicia y Caixanova los que resuelvan sus divergencias sobre quién debe ocupar la presidencia. El líder de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, insisitó en su tesis de que "no se puede imponer nada" ya que la decisión debe pasar por "el acuerdo de las cajas". Vázquez también aprovechó para recordar que "las negociaciones se reactivaron cuando se dejó hablar a las propias entidades".
El líder socialista se mostró además convencido de que ambas entidades llegarán a soluciones válidas en sus larguísimas conversaciones "siempre que sean equilibradas", es decir, que la solución no incline la balanza de ninguna de los dos lados. Desde el BNG, su portavoz de Economía, Fernando Blanco, aseguró que "la dirección de la entidad no es ahora lo más relevante". "Hay que esperar", puntualizó, "dejar hablar a las cajas y centrarse en la operación de integración".
Fuego cruzado contra Caballero
Ni el BNG, socio de gobierno del alcalde de Vigo, Abel Cabellero, se resistió ayer a criticar abiertamente la sesión plenaria convocada para hoy por el regidor para ratificar su apuesta por la hegemonía de Caixanova en la figura caja única y que los nacionalistas calificaron de "auténtico sinsentido".
El teniente de alcalde vigués, Santiago Domínguez, dejó claro el malestar con sus compañeros de coalición. "No entendemos a cuento de qué viene esta convocatoria para decirle a las cajas lo que tienen que hacer", alertó Domínguez quien evidenció en todo momento su rechazo a un pleno que pretende alinear al Gobierno local con las tesis del presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso.
La sesión fue definida por el nacionalista como "un intento más por interferir políticamente en la fase final de proceso por un afán de protagonismo personal", un juego en el que "el BNG nunca va a entrar", avisó. "Todas las fuerzas políticas están defendiendo la fusión, incluido el PSOE, y desde luego no vamos a actuar en esto con electoralismo barato", añadió.
Sin embargo, Domínguez eludió desvelar qué votará hoy el BNG cuando se celebre el pleno.
También desde el PSdeG llegaron ayer mensajes que contradicen las tesis del alcalde vigués. El portavoz parlamentario Xaquín Fernández Leiceaga recetó un "período transitorio corto, para que después gestores renovados" se hagan con las riendas de la nueva caja. Leiceaga evitó pronunciarse sobre la propuesta que se votará hoy en el pleno de la corporación viguesa, pero advirtió que "distintas voces en el PSdeG han apostado con claridad por una fusión equilibrada, y en este concepto caben muchas cosas, pero no todas".
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