Merkel y Sarkozy recelan de las agencias de calificación en la crisis

Los métodos y prácticas de las agencias de calificación de riesgos van a ser objeto de un severo examen por parte de la Unión Europea. La canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han decidido tomar cartas en el asunto tras comprobar los efectos devastadores de las decisiones de las agencias en los mercados de deuda durante los últimos días de la crisis griega.

Merkel y Sarkozy han dirigido una carta a los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, expresando sus dudas sobre la actuación de las agencias. "La decisión de una agencia de calificación", dice la misiva, "de degradar la calificación de la deuda griega antes de que fuera conocido el programa de las autoridades y el montante del plan de apoyo debe invitarnos a reflexionar sobre el papel de las agencias de calificación en la propagación de las crisis".

Ambos mandatarios se proponen "examinar los métodos de calificación de la deuda soberana, las modalidades de comunicación y difusión de las decisiones de cambio de calificación y tener en cuenta el papel eventual de las agencias de calificación en la amplificación de las crisis y su impacto en la estabilidad financiera". En 2008, la Comisión Europea aprobó una nueva legislación sobre las agencias que no entrará en vigor hasta dentro de unos meses. Barroso precisó ayer que esta nueva normativa exigirá que estas agencias sean "más transparentes, publiquen sus metodologías y eviten conflictos de intereses". Barroso expresó su propósito de endurecer esta normativa poniendo las agencias "bajo la directa supervisión de la futura Autoridad Europea de Supervisión del mercado de valores".

El papel de las agencias y de la gobernanza económica de la zona euro serán analizadas hoy en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno que consolidará el apoyo financiero a Grecia por valor de unos 80.000 millones, al que se sumarán 30.000 millones del FMI. Esta es la segunda cumbre en la historia del Eurogrupo, tras la celebrada en París en octubre de 2008.