Y el próximo año, a por una librería italiana

Con los ojos abiertos y sin perder detalle. Así deambulaban ayer por el centro de Barcelona la veintena larga de escritores italianos que, junto a 800 lectores de la misma nacionalidad, cruzaron en Mediterráneo en un barco literario organizado por la revista Leggere tutti para vivir su primer Sant Jordi. Primero pero no el último, advierte Sergio Auricchio, editor de la publicación e impulsor de la experiencia, quien ya piensa en repetir el crucero el próximo año. Y los escritores italianos, encantados.

Auricchio descubrió la fiesta del libro y la rosa que se celebra en Cataluña cada 23 de abril hace cinco años y no ha cejado hasta llevar a Barcelona a los italianos para que la descubran. Quiere repetir el próximo Sant Jordi y rematar el segundo crucero literario de Roma a Barcelona con la inauguración en la capital catalana de una librería italiana. "Soy un soñador y los sueños, a veces, se convierten en realidad", señala con una gran sonrisa.

"Creo no haber visto nunca tanta gente salir a la calle para comprar libros", decía ayer el escritor milanés Gaetano Savatteri, cuyo último libro, I Ragazzi di Regalpetra, firmó por la mañana en el puesto que la librería italiana Arion montó en La Rambla a la altura de la parada de metro Drassanes. "Esta fiesta es una medicina para la mente", sentenció.

El poeta Ennio Cavalli, mientras, sucumbía líricamente a las rosas paseando entre una avalancha de personas por La Rambla: "Estoy impresionado con el colorido de las flores. Que el libro se haya unido a la rosa y la leyenda romántica de Sant Jordi es un gran privilegio para la literatura". Y Franco Matteucci definía la fiesta como "el sueño hecho realidad para cualquier escritor".