El Poder Judicial rompe el bloqueo y coloca a Ibarra al frente del Superior

Fin de la historia. El Poder Judicial se decantó ayer por Juan Luis Ibarra como nuevo presidente del Tribunal Superior. Lo hizo contra pronóstico, cuando más difícil parecía y todo apuntaba hacia un cuarto capítulo de la trama. El asunto ni siquiera figuraba en el orden del día del pleno que celebró el Consejo en Madrid, pero los vocales optaron por la épica y decidieron abordarlo sobre la marcha. Tras más de un año en funciones y dos procesos infructuosos, Fernando Ruiz Piñeiro tiene ya sucesor.

Todos los frentes estaban abiertos y no había un claro favorito, aunque la terna sí que partía con un rezagado. Jaime Tapia no obtuvo apoyos y cedió el protagonismo a la disputa entre Juan Luis Ibarra y Juan Mateo Ayala. Tras una primera ronda en la que ningún candidato llegó a la mayoría necesaria de 13 votos, los vocales se decantaron en la segunda por el mayor peso del hasta ahora número dos del Superior, no asociado, pero de perfil progresista y bien relacionado con los conservadores. Obtuvo 14 de los 21 sufragios. Su rival se quedó en seis y el restante fue en blanco.

El Gobierno vasco confía en tener con el presidente una "estrecha relación"

El vencedor obtuvo 14 de los 21 votos, por los seis que consiguió Ayala El Consejo salva con la designación su primer proceso de carácter público

Ibarra obtuvo el respaldo de toda la bancada conservadora, del presidente del Consejo y de cuatro vocales progresistas. Por Ayala, en cambio, se decantaron otros tantos de la izquierda ideológica y los dos nacionalistas. Fue una intensa negociación que se zanjó minutos antes del pleno. Los consejeros defendieron "el historial" de Ibarra y su "ejercicio de la jurisdicción" durante los últimos años como argumentos de la designación.

El vencedor recibió la grata noticia poco antes de la una de la tarde, mientras deliberaba en el Superior. Emocionado, recibió la felicitación de Ruiz Piñeiro y lo celebró con una comida familiar, antes de continuar su labor por la tarde. Su nombramiento, sin embargo, no será oficial hasta que aparezca publicado en el Boletín Oficial del Estado, dentro de aproximadamente un mes. Por delante le aguardan cinco prometedores años en los que defenderá la división de poderes, la transparencia y la modernización de la Justicia.

El acuerdo sobre el Superior vasco insufló vida ayer al Poder Judicial, que salió airoso de la encrucijada en la que se había encerrado. Anunciada la publicidad de los procesos para aportar transparencia a sus nombramientos, el Consejo no podía permitirse embarrancar a la primera. Y menos en torno a un Superior que sumaba 13 meses en funciones. El alto tribunal vasco se había convertido en prioridad para los vocales, que agotaron hasta el último instante las negociaciones. Algunos se vieron obligados a dejar pelos en la gatera, pero dio resultado. Por una vez, primó la necesidad sobre otras cuestiones.

La jornada, sin embargo, no fue completa para el Consejo. Todo apuntaba a que la presidencia del Superior iba a depender de la de la Audiencia de Guipúzcoa y se cumplió. La plaza donostiarra, por la que pugnaban el candidato progresista Iñaki Subijana y el conservador Juan Pablo González, quedó bloqueada y tendrá que afrontar un segundo proceso para la designación.

Los conservadores impusieron un acuerdo previo en torno a González para favorecer el nombramiento de Ayala. No lo consiguieron y se decantaron por Ibarra. Ante el temor a un nuevo fracaso difícil de explicar, parte de los vocales progresistas desbloquearon el Superior, pero el desacuerdo se trasladó a la plaza donostiarra.

La Audiencia requería sólo de mayoría simple para el nombramiento, pero los vocales nacionalistas, más partidarios de Ayala que de Ibarra, ejercieron su papel de llave en las votaciones y se abstuvieron como represalia. González logró diez sufragios, a uno de los necesarios, y Subijana nueve. En el horizonte planea ahora la posibilidad de que los tribunales de Guipúzcoa y Álava coincidan en el calendario.