Un comunicado tardío y vacío

Desde hace semanas, la izquierda abertzale venía pidiendo a ETA un pronunciamiento público que ratificara su apuesta por las "vías pacíficas y democráticas", acordada mayoritariamente en el proceso de asambleas que la formación radical celebró entre octubre y febrero pasados. En el comunicado del pasado miércoles en el que la izquierda abertzale "lamentó" el asesinato del policía francés Jean Serge Nérin, se volvió a recordar a la banda terrorista.

Pero el comunicado de ETA, difundido ayer, llega tarde y no aporta nada. Llega tarde porque está redactado antes de que la banda terrorista asesinara al policía francés. Por mucho que ETA o la izquierda abertzale aleguen que la muerte de Nérin fue producto de un enfrentamiento inesperado y no de un atentado premeditado, el hecho es que la banda ha añadido un muerto más a su larga lista de asesinatos, cuya referencia anterior fue el de dos guardias civiles en Palma de Mallorca en julio de 2009. A la par, ETA ha demostrado con su ataque del martes en Francia su nula voluntad de abandonar las armas, que es lo que le exigen los partidos vascos y españoles de forma abrumadora para que sea creíble la reiterada apuesta de la izquierda abertzale por las "vías pacíficas y democráticas".

El nuevo texto etarra no aporta nada. Es verdad que pretende satisfacer la demanda de la izquierda abertzale cuando muestra su disposición "a dar los pasos que sean necesarios para favorecer el cambio político". Pero esa novedad en el lenguaje de ETA queda en agua de borrajas cuando condiciona el "cambio político" al reconocimiento del derecho a la autodeterminación por parte de las demás fuerzas políticas. La izquierda abertzale podrá ver un paso importante de la banda terrorista en ese texto, del mismo modo que tratan de convencer a los partidos y a la sociedad de que también lo es su comunicado del pasado miércoles, en el que reclamaban a ETA la ratificación de su apuesta.

Pero la situación ha cambiado radicalmente en la sociedad y en los partidos vascos y españoles desde que la banda y la izquierda abertzale desperdiciaron su última oportunidad en el fallido proceso para un final dialogado del terrorismo de 2006. Con la ruptura unilateral por parte de ETA de aquel proceso hizo perder a sus proclamas posteriores sobre un nuevo proceso democrático cualquier atisbo de credibilidad.

Ya se acabó la etapa en que se analizaban con lupa los comunicados etarras y de la izquierda abertzale. ETA y su entorno viven en una burbuja y por eso lo que para ellos son pasos importantes, para la inmensa mayoría de la sociedad y de los partidos vascos y españoles no suponen nada.

El ritmo de la política vasca y nacional va muy rápido . Los partidos vascos y españoles saben que han ganado la batalla contra el terrorismo y que el tiempo corre en contra de una banda ya debilitada y arrinconada. Los acontecimientos de esta semana lo vuelven a demostrar. Estamos contemplando a una ETA cada vez más aislada y menos "profesionalizada", que multiplica sus errores, como asesinar a un policía en Francia, lo que le acerca más al abismo.

Los partidos vascos y nacionales, con sus exigencias, están enviando a la banda y a la izquierda abertzale el mensaje de que sólo se moverán el día en que los etarras redacten un comunicado en el que anuncien el abandono definitivo de las armas. O alternativamente, que la izquierda abertzale se desmarque claramente de ETA si la banda no le hace caso. El comunicado difundido ayer por la banda no responde ni a las exigencias de la sociedad vasca, ni siquiera a las de la izquierda abertzale.