El PP está muy preocupado ante el posible encarcelamiento de Matas

Cada día es más evidente y el PP ya no se encarga de disimularlo: Jaume Matas se ha convertido en un enorme problema para el partido. En tiempos muy amigo de Mariano Rajoy, como lo fue Eduardo Zaplana -los tres pasaban veranos juntos en Baleares-, el ex ministro de Medio Ambiente -lo fue en plena crisis del Prestige- y ex presidente balear parece ahora un apestado político. Rajoy ha evitado en todo momento salir en su apoyo, al contrario de lo que ha hecho con otros políticos afectados por casos de supuesta corrupción como el castellonense Carlos Fabra, el ex tesorero Luis Bárcenas o el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps.

En el PP estos días preocupa incluso más que el caso Gürtel - que creen tener controlado pese a la incógnita de qué pasará cuando se levante el secreto del sumario-, el caso Matas. La posibilidad de que el ex ministro, un referente de los años dorados del PP, acabe en la cárcel por corrupción tiene muy preocupada a la dirección. Los populares están convencidos de que todas las televisiones ofrecerán imágenes de Matas con Rajoy -hay miles tras años de estrecha colaboración y amistad- y los periódicos publicarán fotos en las que salen juntos. Matas, que salió de España antes incluso de que aparecieran los primeros indicios del escándalo -se fue a Washington a trabajar para Barceló, grupo turístico balear- ha sido llamado a declarar mañana y ya ha vuelto a España. La dirección del PP se teme lo peor: la cárcel.

El líder del PP ya rompió con Matas cuando éste anunció que dejaba la política

Cuando visitó Mallorca hace sólo un mes, Rajoy evitó cualquier tipo de apoyo a Matas y dijo: "Hay compañeros que se han comportado como no debían, y máxime cuando se ejerce una responsabilidad política". No citó al ex ministro, pero tampoco lo dejó fuera de esta acusación, y los dirigentes entendieron el mensaje de distancia.

De hecho, Rajoy ya rompió con Matas cuando, sólo un mes después de la derrota en las generales de 2008, anunció que dejaba la política. El líder había dado la orden estricta a todos sus barones: aquí no dimite nadie. Era una forma de evitar comparaciones: si él no lo dejó por su derrota, no tenía que dejarlo nadie. Pero Matas desobedeció, se marchó sin esperar un tiempo y a Rajoy le molestó, según su entorno.

Los escándalos que han aparecido, especialmente el caso Palma Arena y los detalles del lujo en su palacete en Palma, han hecho crecer esa distancia. Ambos no mantienen ningún contacto hace mucho tiempo, según fuentes marianistas.

Para enfrentarse a la crisis Matas, Rajoy ha diseñado una estrategia que consiste en reivindicar que el PP balear, que lo ha pasado muy mal porque durante meses se ha dedicado a especular con quién sería el próximo detenido, ha cambiado por completo. Rajoy ha apartado a todos los que tuvieron alguna relación con el Gobierno Matas, en especial a la que fue su vicepresidenta, Rosa Estarás, y ha puesto al frente a José Ramón Bauzá, alcalde de Marratxi, un político joven que no tuvo ningún cargo con el ex ministro de Aznar y está alejado del poder clásico del PP balear, que ha sufrido ya varias crisis de corrupción desde que dimitió Gabriel Cañellas. El PP espera así poder incluso recuperar Baleares en 2011, ya que la crisis de corrupción de Unió Mallorquina también perjudica indirectamente a los socialistas, que lo tenían como socio de Gobierno.